El mantenimiento preventivo y el soporte técnico extendido son aspectos claves para asegurar la durabilidad de equipos que se ven sometidos diariamente a un trabajo intenso. En la Gran Terminal Nacional de Transporte de Panamá, los torniquetes de Boon Edam han operado durante casi dos décadas, con un óptimo nivel de funcionamiento.
Las terminales de transporte terrestre de pasajeros son lugares que cada día reciben un elevado tráfico de personas y que normalmente requieren herramientas para asegurar un control sobre quienes ingresan a las zonas de abordaje, todo con el fin de prevenir el ingreso de personas que no viajarán, vendedores ambulantes y otras personas no autorizadas.
A pesar de que los tiquetes aéreos han disminuido sus precios en América Latina, permitiendo el acceso a los vuelos domésticos e internacionales a un gran sector de la población, los viajes terrestres continúan como la opción más económica y práctica para muchas personas, particularmente en Centroamérica, pues su topografía permite el uso extendido del transporte terrestre de pasajeros.
Un ejemplo de una terminal de transporte terrestre en la región con una importante afluencia diaria de pasajeros es la Gran Terminal Nacional de Transporte de Panamá (GTNT), por donde más de 55 millones de pasajeros pasaron en 2014 dirigiéndose a distintos destinos en Centroamérica. Esta interconexión se logra a través de 52 rutas inter-provinciales, 50 rutas sub-urbanas y 2 rutas internacionales.
La GTNT es un edificio de casi un kilómetro de extensión donde se reúnen todas las líneas de autobuses que recorren el territorio y que inició operaciones en 1998. Además, en febrero de 2014 se inauguró la primera línea de metro de Panamá, que comienza en la GTNT, convirtiéndola así en el mayor centro logístico del país centroamericano.
Una inversión a largo plazo
Cuando comenzó la construcción de la GTNT en 1996, se determinó que era necesario contar con equipos que regularan el paso de personas hacia los andenes, además de permitir el cobro por su uso. Carlos De Sedas, vicepresidente de Tecnología y Proyectos Especiales del Grupo Los Pueblos, compañía propietaria de la GTNT, recuerda que en aquella época “se conocía la existencia de equipos de ese tipo, pero no se sabía que se llamaban ‘torniquetes’, ni mucho menos se conocía la palabra en inglés (turnstile)”. De Sedas añade que decidieron ir a lugares como el metro de Nueva York y a Disney World para conocer de primera mano qué equipos usaban para el control de acceso.
“Así conocimos la marca Tomsed”, recuerda De Sedas, el nombre de una compañía fabricante de torniquetes ubicada en Lillington, Carolina del Norte, en EE.UU. que fue adquirida por Royal Boon Edam en 2005, convirtiéndola en su sede y fábrica para este país y el continente americano.
Para la GTNT se adquirieron 75 torniquetes TUT60T de Tomsed, diseñados para manejar altos niveles de tráfico y considerados los equipos de más alta gama en aquel momento. Además, su acabado en acero inoxidable para trabajo pesado lo diferencia de otros torniquetes usados en el ámbito corporativo por lo que se consideran equipos muy robustos, mientras que su resistencia, funcionalidad y calidad en sus acabados hacen de estos equipos una inversión para el futuro.
Tráfico fluido y ordenado
Así las cosas, los torniquetes fueron instalados en los accesos a los andenes de abordaje, donde se hace un pequeño cobro para ingresar, y en las entradas a los baños, “donde también se cobra un pequeño valor por el ingreso, con el valor agregado de que son baños completamente limpios, incluso más que en aeropuertos internacionales”, asegura De Sedas.
Hasta el 2010, el pago se realizaba con monedas usando un mecanismo integrado al torniquete, que luego evolucionó a un sistema de pago a través de tarjetas de proximidad (RapiPass), reemplazando el mecanismo de monedas por un sensor en la parte superior del torniquete, sin necesidad de cambiarlo. “Ahora se recarga el dinero en una tarjeta para cada usuario, se acerca al sensor del torniquete que descuenta el valor correspondiente y otorga el acceso”, explica De Sedas.
Este mecanismo demostró ser una decisión acertada, pues el 80 % del tráfico de pasajeros es de “flujo rápido”, es decir que las personas llegan a un andén central donde se encuentran 24 torniquetes puestos en línea por donde pasan haciendo su respectivo pago, a abordar directamente los autobuses que los llevarán a su destino.
“Hay dos objetivos claves en este sistema: realizar el cobro de una forma ordenada y mantener los andenes ordenados y descongestionados para los pasajeros que hacen uso del terminal”, un método que los usuarios ven como efectivo, pues si los torniquetes no estuvieran instalados, en el lugar habría desorden y sería “difícil de administrar”, explica De Sedas.
Mantenimiento preventivo, la clave para una larga vida útil
En 2015, 17 años después de su puesta en operación, los torniquetes “continúan con tan buen desempeño, que funcionan igual que el primer día”, asevera el ejecutivo, quien explica que la GTNT destina una parte pequeña de su presupuesto para mantenimiento de los torniquetes, pues “no es algo costoso, son equipos que si se cuidan bien, no se dañan”. Añade que únicamente cada dos años se solicitan piezas de repuesto a Boon Edam, por el desgaste normal del uso.
Lo más destacado del funcionamiento de los torniquetes ha sido su largo periodo de operación, pues nunca se ha cambiado ninguno de los equipos. Para De Sedas, el punto clave para su larga vida útil es el mantenimiento preventivo y oportuno, en especial de la parte mecánica. Además, es fundamental contar con los suficientes repuestos en stock, así como una persona capaz de mantener el equipo en operación, “especialmente cuando se trata de equipos que no pueden salir de servicio”, señala.
Un hecho para resaltar es que distintas entidades han visitado la GTNT buscando referencias sobre la operación de los torniquetes, como es el caso de la Autoridad del Canal de Panamá, donde han obtenido una impresión favorable de primera mano del desempeño y durabilidad de estos equipos.
Además, los torniquetes son una herramienta que facilita a la GTNT mantener registros estadísticos del tráfico de pasajeros, mediante contadores integrados a los equipos. “Originalmente, los contadores eran mecánicos y ahora tenemos contadores electrónicos que están dentro del torniquete. Además, contamos con los registros de los sensores de proximidad de las tarjetas Rapipass, lo que permite tener datos exactos sobre cuántas personas pasaron en un determinado lapso de tiempo”, indica De Sedas.
El directivo concluye que, a pesar de que los torniquetes Tomsed (ahora Boon Edam), no son considerados por la compañía como “equipos de bajo costo”, su resistencia, funcionalidad y alta calidad “hacen de estos equipos una buena inversión a largo plazo”.