Un análisis sobre cómo las empresas de este gremio deben adaptarse con mayor rigidez a las nuevas exigencias del mercado.
Por Luis González Nogales*
Los servicios de seguridad privada en sus diferentes modalidades se encuentran en esta época en un punto de inflexión crítico del cual dependerá el éxito exponencial de muchas empresas y la caída, cierre y desaparición de posiblemente muchas más.
Esta exposición que de inicio parecería alarmante o fantasiosa es, como siempre en esta columna, la visión del autor y la hemos basado en diferentes observaciones, estudios y consultorías que realizamos periódicamente y vamos a tratar de sintetizarlas a continuación.
Si analizamos estos puntos de inflexión por los grandes segmentos de los servicios tendremos las siguientes observaciones:
Seguridad física con arma o sin arma
Esta modalidad de servicio quizás sea de las que más afectadas en estos momentos ya que su estructura principal está basada en el uso intensivo de mano de obra con una calificación mínima y compensaciones económicas mínimas, cuando no por debajo del salario mínimo establecido que utilizan las llamadas empresas fantasmas, patitos, etc. Si lo analizamos como un triángulo sometido a presiones veremos tres fuerzas sobre el servicio y su forma de prestarlo actual:
La primera fuerza de presión es el cambio que se viene realizando de personas por equipamiento tecnológico, el caso más visible son los controles de acceso donde antes había una persona controlando identificaciones y hoy hay barreras, tarjetas o biométricos acoplados con cámaras de identificación realizando la misma función de seguridad con los valores agregados que da el tener los datos de entradas – salidas almacenados para su uso y conversión futura en información.
La segunda fuerza de presión son los clientes, empleados, visitantes, etc., que interactúan con el personal de seguridad física que cada día es más exigente en cuanto a por una parte que el mismo esté siempre y en todo momento atento a cumplir con sus funciones, y por otro lado el no traspasar ningún límite legal o de percepción de algún colectivo particular; el ejemplo más claro es cuando un menor sin acompañamiento de una adulto está golpeando con fuerza e insistencia un escaparate en un centro comercial. El personal de seguridad del centro comercial se expone en ese momento a inconformidad por el dueño del negocio por no hacer nada, demanda de los padres del menor si es reducida a la fuerza para que no siga a la actividad, sino hay demandas mayores por abuso infantil u otras, demanda por los padres del menor si el vidrio se rompe de posibles daños físicos por no haber actuado y demanda de reparación del dueño del negocio de quien va a reponer los daños producidos.
La tercera de presión son las propias acciones del mercado en su relación oferta – demanda, donde en la oferta del servicio generalmente hay actores que rompen los márgenes de competencia con precios muy bajos o por debajo del costo real, y cuya relevancia se multiplica cuando hay crisis económicas o las legislaciones son laxas en la transferencia de responsabilidad hacia las empresas que en la máxima de (“ yo contrato el precio más bajo y no son estado para estar controlando el cumplimiento de la empresa que contrato”) adquieren este tipo de servicios.
Ante este panorama las empresas deben adaptarse en algunos aspectos que si bien hemos señalado en otros artículos de esta misma revista, deseamos retomarlos:
1. La empresa debe ser la primera en actualizar permanente los análisis de riesgos del cliente y proponerle los cambios necesarios de sustituciones personal por tecnología, en la mayoría de los casos asumiendo la inversión inicial de la reconversión a cambio de una renta mensual de preferencia menor al costo de personal y adicionando nuevos servicios de análisis de la información, reportes especializados atingentes al negocio en particular u otros derivados que tendremos de una oportuna gestión de los datos recopilados.
2. El perfil del personal actual que se contrata debe cambiar hacia personas de mayor calificación, con mejor preparación tanto en las técnicas de seguridad como en el trato con los diferentes colectivos humanos que cada vez son más segmentados. Lo anterior, indudablemente lleva a que dicho personal no puede ser el actual con baja compensación económica y largas horas de trabajo.
3. Las empresas deben fomentar la agrupación gremial formal en función de la lucha frontal contra las malas prácticas del mercado así como en la educación de los clientes sobre las buenas practicas al contratar y realizar de forma simultanea la presión necesaria sobre las instituciones encargadas de la regulación y cumplimiento de las diferentes leyes para que se alineen en perseguir esas malas prácticas que distorsionan el mercado.
Seguridad electrónica
La seguridad electrónica sufre lo que denomino su tránsito hacia equipos conectados a la red, y esto tiene dos problemas para las empresas tradicionales de distribución, integración e instalación de equipos o los denominados sistemas de seguridad electrónica.
El primer gran problema es que el cliente ya es autónomo en muchas de las actividades para cubrir sus necesidades de seguridad electrónica, retomando el ejemplo de una pequeña tienda en un centro comercial, la necesidad de la video vigilancia y el control de accesos es de fácil adquisición en grandes superficies de compra donde ofertan desde alimentación hasta sistemas de video de 16 cámaras, cables, DVR con 2 Terabyte o su almacenamiento en la red incluido con la conexión a internet, además de accesorios como detectores de movimiento o contactos de puerta conectados al DVR, que funciona como alarma; además de la compra, su necesidad se limitará a un técnico (¿de redes?, ¿de alarmas?, ¿de video?) que instale los equipos y ya podrá visualizar, activar - desactivar los sensores desde su Smartphone , revisar grabaciones y recibir notificaciones de apertura de puertas ) bodega por ejemplo) con independencia de su ubicación.
El otro problema es el rápido avance en cuanto al desarrollo de los equipos y sus prestaciones que imposibilita en la práctica tener stock y cuando se desarrollan proyectos de media duración considerando que lo ofertado tiene alta posibilidad de no estar disponible en el momento de la compra e instalación con el agravante que los precios de los nuevos productos sustitutos no sean los mismos que los ofertados y el cliente no desea aumentar su presupuesto ni que se le instale una tecnología ya obsoleta.
Lo anterior nos lleva a que la integración de sistemas tecnológicos para proyectos pequeños, medianos o grandes conlleva que la empresa deberá optar por transformarse considerando algunos de los siguientes aspectos.
1. El personal que realiza los diseños debe ser extremadamente multifacético, ya que lo que debe diseñar es una solución de costo razonable y de actualización permanente para el cliente, este diseño debe ser integral y posiblemente deba contemplar además de los componentes tecnológicos, la parte de seguridad física, los centros de control y monitoreo o accesos desde donde realizar los mismos, así como la parte de almacenamiento de datos y su acceso para transformarlos en información útil.
2. La renta por uso de los sistemas y su actualización periódica, los cuales pueden realizarse en varios niveles, quizás una pequeño negocio no requiere tecnología de altas prestaciones, pero en unos meses o año, quien requiera de altas prestaciones deba actualizarse y este equipo queda disponible en vida útil para su renta en el pequeño negocio y así de forma descendente desde los requerimientos de alta tecnología a las necesidades de media o baja tecnología.
El monitoreo de alarmas
Las empresas que prestan estos servicios normalmente se encuentran con dos grandes problemas, el primero la alta competitividad y la constante guerra de precios y el consiguiente pirateo de clientes vía precios. El segundo factor es la alta información disponible por el cliente para instalar sistemas sencillos de monitoreo de movimiento, aperturas de puertas y ventanas, consecuencia de la utilización de los equipos de video vigilancia, sobre todo en los sectores domiciliares y pequeños negocios.
Todo lo anterior, sin embargo, no suple la respuesta de patrulla cuando se requiere y es en este punto donde las empresas deben enfocarse junto con alianzas de aseguradoras que bonifiquen las primas y sobre todo enfatizar en la comunicación, lo cual ya abordamos en nuestro artículo del mes de Enero/2019 en esta misma revista.
Conclusiones
Los servicios de seguridad privada tienen la obligación de transformarse rápidamente de meros suministradores de personas para vigilar y equipos electrónicos en asesores de soluciones de percepción de la seguridad de las personas, ya sea en su domicilio, empresa, e incluso en el trayecto entre las mismas y las actividades sociales y recreativas en determinados estratos donde se dan los servicios de protección de personas o guardaespaldas, el cómo y la forma la debe encontrar en particular cada empresa y uno de los primeros pasos es analizar qué tan digitalizadas están en su interior, lo cual será tema para siguientes artículos.
Un Saludo.
* Luis González Nogales es el Presidente Ejecutivo de INCASPRI. Si desea contactarlo escriba al correo electrónico: [email protected]
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