por Ana María Restrepo
Hasta principios de la década de los 80 la seguridad en Argentina era incipiente. En ese mercado no existía la seguridad informática, la seguridad electrónica era muy elemental, se reducía a un timbre por cable desde el lugar a proteger hasta el centro de recepción o a los pasados detectores de movimiento, y la vigilancia privada no tenía un gran auge porque el monopolio de la seguridad era asumido por el gobierno de facto. Sin embargo en la época de los noventa se dieron cambios en el área de la seguridad electrónica al utilizar novedosos e innovadores materiales que produjeron el crecimiento del sector, pero debido a la crisis económica entre 2001 y 2002 toda la actividad de la seguridad se depreció para luego reconstruirse, poco a poco, en el 2003 al pasar dicha crisis.
Debido a esta crisis, la delincuencia en el país aumentó provocando la reactivación y expansión del mercado de la seguridad, cuyos resultados comenzaron a verse en el segundo período del 2003. Al mismo tiempo, las autoridades buscaron la forma de frenar la recesión mientras que los actores de la seguridad se dedicaron a actualizar sus mecanismos de defensa, con el fin de frenar la inseguridad y proteger a las empresas públicas y privadas.
En la actualidad la seguridad en Argentina la abarcan cuatro sectores diferenciados como lo son: seguridad informática, electrónica, privada y pública, la última brindada por el Estado. Dichos sectores se han innovado en estos años con el fin de brindar mejores estrategias de seguridad en el país ante el aumento de la inseguridad, alcanzado un crecimiento económico de 1.500 millones de dólares en el 2006, de los cuales 250 millones provienen de la seguridad informática, 850 de la privada y 414 millones de la electrónica, con una tasa de crecimiento, de los cuatro sectores, entre el 10 y el 15 por ciento.
Con lo anterior podemos ver como ha crecido y se ha posicionado el mercado de la seguridad en Argentina en estos cuatro años, pues como lo plantea el Ingeniero Enrique Greenberg, cada uno de estos sectores ha evolucionado en sus aplicaciones al mismo tiempo que los profesionales en sus estudios, convirtiendo al país en el mayor exportador latinoamericano de conocimiento, aplicación y desarrollo de sistemas de seguridad.
Los más usados
Dentro de este mercado la seguridad privada va en aumento, ya que en la actualidad cuenta con cerca de cien mil personas asociadas quienes son contratadas por los particulares, quienes por la falta del cumplimiento del estado se unen para fortalecer la seguridad en la vía pública. “Por ejemplo, existen muchas personas que para tener seguridad en sus residencias o empresas comparten entre los vecinos el costo de un guardia de seguridad privado, quien si bien no puede hacer tareas de policía porque no pude estar armado, tiene un equipo de radio o un celular para llamar a la Policía y reportar alguna anormalidad” explica Greenberg.
En la seguridad informática se han realizando variadas actualizaciones debido al incremento del espionaje industrial, la penetración en redes empresariales y el robo de identidad. Asimismo en la seguridad pública se crearon mecanismos de seguridad como respuesta del Estado ante las nuevas formas de accionar que presenta la delincuencia, como lo son los bomberos informáticos, los cuales ayudan a aquellas empresas o instituciones públicas que han sido víctimas de ataques informáticos.
En cuanto a la seguridad electrónica, Greenberg asegura que ésta es el área de mayor crecimiento debido al aumento de las instalaciones de las unidades de seguridad en instituciones públicas y privadas, como centros comerciales, bancos, laboratorios farmacéuticos y petroleras, las cuales prefieren en su mayoría CCTV, sistemas de control de acceso y dispositivos de detección de intrusión e incendios; y productos específicos como vigilancia electrónica de artículos, lockers, cajas de seguridad, seguros contra robo, protección perimetral, vidrios y muros blindados, puertas de seguridad y sistemas de seguridad informática.
Vanguardia argentina
La implementación de las nuevas áreas de seguridad se ha convertido en un medidor de conocimiento, aplicación e innovación tanto de los proveedores de los sistemas como de los jefes de seguridad de las instituciones, pues dichos jefes son profesionales o licenciados que conocen del tema y demandan cada vez servicios y productos más profesionales que realmente suplan las necesidades de la empresa.
Lo anterior conlleva a una evolución constante del mercado, de sus ofertas, sus profesionales y por supuesto de sus productos, lo que ha hecho que Argentina sea reconocido en América Latina como un país líder en el sector de la seguridad, tal y como lo menciona el ingeniero Greenberg: “el profesional argentino está bien conceptuado en cuanto a sus conocimientos, y la industria tiene una mano de obra con una preparación y una formación técnica mayor a la que nosotros hemos podido percibir en el resto de países del área como Chile, Brasil, Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela, Uruguay y Paraguay”.
De la misma forma, asegura que en Latinoamérica el desarrollo de este tipo de seguridad es muy bajo, “Chile es un gran importador, pero no tiene un sector industrial, mientras que nosotros fabricamos productos de seguridad electrónica como video grabadoras digitales, sistemas de controles de acceso o barreras ópticas. Brasil también los fabrica y en mayor tamaño, pero nosotros tenemos un mayor nivel de desarrollo y hemos producido productos antes que los brasileros; tal vez México pueda encontrarse en este sector, pero el estado de los demás países es incipiente en la fabricación de sistemas de seguridad comparado con Argentina”
Cabe resaltar que expertos en seguridad electrónica en Argentina han asesorado a algunas empresas de países como Uruguay, Chile, Perú, México. Asimismo, que en el sector de la seguridad física existe en el país gaucho una organización profesional que cuenta con un plan de capacitación de los vigilantes y ha brindado cursos en muchos países de Latinoamérica.
Sin embargo, aunque Argentina sea conocido en este campo en América Latina y cada día las acciones delincuenciales inciten al desarrollo de nuevos sistemas o nuevas tácticas de prevención, el ciudadano medio no está muy relacionado con este tema, ya que, según Greenberg la alarma domiciliaria monitoreada por línea telefónica y los controles de acceso son los más conocidos, mientras que los sistemas de detección de incendio son insuficientes y los circuitos cerrados de televisión son rechazados por el temor a la invasión de la privacidad.
Más allá de la seguridad física y tecnológica
El Ministerio del Interior, la Policía, las Fuerzas Armadas, las medianas, pequeñas y grandes empresas privadas y las asociaciones de seguridad electrónica, informática y de vigilancia son los principales actores en el mercado de la seguridad en Argentina, tanto en la prestación de servicios y productos como en la implementación y uso.
Desafortunadamente el uso de los diferentes sistemas de seguridad se debe al aumento de la violencia y la inseguridad en el país, lo que conllevó al desarrollo, no sólo de productos de protección, sino de unas políticas de prevención que buscan educar y orientar a los ciudadanos para disminuir el índice de inseguridad, mediante planes de acción para prevenir el delito y la violencia social en ejes centrales como la violencia escolar, las adicciones, la defensa de los derechos de los niños y los adolescentes, la prevención del trabajo infantil, la capacitación laboral y la restitución a la comunidad de quienes ha estado privados de su libertad.
¿Hacia dónde va la seguridad?
Al dar una mirada a lo que será el futuro del mercado de la seguridad, el ingeniero Greenberg asegura que la seguridad electrónica tiende a reemplazar a la seguridad física en cuanto a eficacia y eficiencia, aunque al comparar las tamaños del comercio acumulado del año pasado, de ambos sectores, la seguridad privada con sus 850 millones de dólares supera en 436 millones a los 414 millones de la seguridad electrónica, algo que, como dice él, estará a la par aproximadamente en ocho años.
Mientras tanto en Latinoamérica y en todo el mundo, Enrique asegura que la seguridad continuará creciendo, “yo creo que la inseguridad es un fenómeno mundial que va a seguir y se podrán seguir combatiendo esos problemas. Si se analiza estos problemas son más bien de naturaleza económica y todo estos temas obedecen a una cuestión de desigualdad social”.
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