En Sudamérica, uno de los grandes desafíos del sector energético es optimizar su desempeño y, de esta manera, atenuar el desequilibrio debido a la desigual distribución geográfica de los recursos y asimetrías entre los niveles de desarrollo tecnológico en los distintos países
Por Andrei Junqueira*
Según datos del sector, se estima que en los próximos años haya un crecimiento de entre el 7 y el 10 por ciento en la demanda energética, con lo cual las empresas deberán estar preparadas para afrontar este escenario y lograr abastecer el mercado de la manera esperada.
Tanto en los campos marítimos en medio del océano, como en las usinas de biodiesel en el interior del país, todo el sector de energía enfrenta los mismos desafíos de seguridad, tales como robos, roturas de equipos y depredaciones.
La buena noticia es que, en los últimos años, nuestra región pasó a contar con empresas que construyeron un amplio expertise en países como Brasil y Venezuela sobre la protección de esos ambientes, mientras el desarrollo tecnológico hizo posible que el videomonitoreo en red permitiera integrar seguridad al control de producción, a partir de un único sistema.
Si bien antes las cámaras servían solo para vigilancia, hoy pueden auxiliar en el control de acceso de toda la propiedad, eliminando, por ejemplo, reacciones innecesarias a falsas alarmas de invasión, por medio de la verificación visual. También pueden ayudar a monitorear los procesos de la planta de producción, y por estar conectadas a la red, pueden ser administradas tanto en una sala de control local como en forma remota.
Lo que muchos integradores de sistemas han hecho, al ser contratados para proteger infraestructuras críticas, es pensar en la protección como una serie de círculos concéntricos: primero el perímetro, luego los edificios y por último la producción de energía como tal.
Estos proyectos, que siempre cuentan con la colaboración de un consultor especializado, enfocan en tres aspectos vulnerables: el perímetro (extensos y muchas veces mal iluminados), las entradas y salidas de los edificios (bajo el constante riesgo de facilitar el acceso de personas no autorizadas o en horarios no previstos), y las áreas con el mayor potencial de peligro (lo que depende mucho de cada planta). Estos son los principales puntos en los que se puede perder ganancias debido a la interrupción en la producción y a las reparaciones costosas.
Hay una gran cantidad de tecnologías de protección al perímetro como sensores y radares. En el caso de las cámaras térmicas, cualquier presencia no autorizada es detectada, y son lo suficientemente inteligentes para desechar eventos climáticos y distinguir la presencia de animales.
Si esto se integra a cámaras de imagen de alta definición y recursos para adaptarlas a condiciones desfavorables de iluminación, se llega a otro nivel de análisis del hecho que disparó las alarmas, y a una mayor precisión para definir la reacción necesaria.
Es una combinación eficiente para monitorear áreas vulnerables como ductos en áreas remotas y despobladas. En este caso, cámaras con transmisión wireless también hacen la diferencia, aunque cada vez más se utilice la fibra óptica para largas distancias ya que su costo ha bajado mucho en los últimos años.
En el área de los edificios, lo importante es controlar los accesos y el flujo de personas en las áreas críticas. Para dar un ejemplo de esto, durante una evacuación de emergencia, el sistema de vigilancia auxilia al equipo de rescate para que éste se asegure de que no haya nadie en el edificio, a través del conteo de personas y la generación de imágenes de alta precisión, aunque haya solo luces de emergencia encendidas.
Si son equipadas con audio bidireccional, pueden funcionar como intercomunicadores y detectar sonidos fuera del campo visual de la cámara. Y, si se trata de cámaras térmicas, ellas son otra ayuda para la detección de personas en el medio del humo.
Aunque proteger la propiedad y las personas sea esencial, también es importante monitorear los procesos de producción, garantizando que las reglas de seguridad están siendo cumplidas y los equipos manejados adecuadamente.
Algunas de las más importantes empresas del sector energético se han dado cuenta de que las cámaras inteligentes pueden mejorar la supervisión en áreas sensibles, proporcionando un mecanismo de inspecciones visuales de varios locales al mismo tiempo sin la presencia física en el local.
Además, la adhesión a una plataforma de patrones abiertos garantiza la integración de los recursos de video con componentes de producción, equipos y software. Es una estrategia que trae beneficios significativos. Por ejemplo, cuando se integran los sistemas SCADA con video en red, los gerentes de la fábrica pueden obtener informaciones sobre temperatura, presión y medidores de velocidad en tiempo real.
Con la confirmación visual, los operadores pueden detectar instantáneamente alteraciones en sensores de producción y tomar acciones correctivas antes de que la situación se vaya de las manos, forzando una detención temporaria de la producción.
En cualquiera de los casos antes mencionados, se puede tener acceso remoto a todas las imágenes – desde la sede de la empresa en otra ciudad o desde los celulares de los encargados – y luego compartirlas con los socorristas, policía y agencias gubernamentales.
En esencia, un sistema en red permite que todos puedan estar virtualmente presentes en cualquier lugar de una instalación y trabajar en conjunto para lograr la mejor protección posible.
*Andrei Junqueira es gerente de desarrollo de negocios de Axis Communications.
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