Dos especies, una solución

El primer Circuito Cerrado de Televisión se instaló en 1942 en el Banco de Pruebas VII Peenemünde para observar el lanzamiento del cohete V2 y detectar las fallas de los lanzamientos; desde ese momento la instalación de estos sistemas se ha extendido al rededor del mundo, no sólo con el propósito de detectar errores sino de vigilar empresas, lugares y hasta ciudades enteras y brindar seguridad.

Con el incremento de los desarrollos corporativos, la investigación, la inseguridad y los crímenes, miles de compañías, escuelas, gobiernos, etc, han implementado Circuitos Cerrados de Televisión al interior de sus organizaciones, en las calles, en las escuelas y hasta en los sistemas de transporte público como trenes y buses.

Los sistemas tradicionales de CCTV han sido los más conocidos en el medio de la seguridad y la vigilancia, pero el desarrollo digital y la influencia de las Tecnologías de la información han permitido el progreso hacia otras formas de grabación y de transmisión que hace más de dos años vienen revolucionando y modificando los CCTV.

Los primeros CCTV se componían de cámaras analógicas que usaban cables coaxiales para conectarse en home-run a multiplexores que alimentaban varias grabadoras de video en un cuarto de control central. Las imágenes podían ser monitoreadas en tiempo real a través de varios monitores o en uno solo con posibilidad de cambiar a la cámara solicitada, sin embargo el alto costo de la estación de monitoreo y el sistema de grabación en cintas magnéticas que se fue tornando obsoleto incitó al desarrollo de otra tecnología que supliera las necesidades que se constituían.

Las Grabadoras de Video Digital (DVRs, Digital Video Recorders) se convirtieron en esa solución que resolvió los problemas de las cintas magnéticas al grabar en formato digital en un disco duro o en otro medio y no se necesita cambiar la cinta para que continúe la grabación. Asimismo, la aparición de las cámaras IP revolucionaron el sistema de transmisión y en cierta forma se convirtieron en la alternativa perfecta de los sistemas análogos, aunque también pueden incorporarse juntos con los antiguos sistemas y crear CCTV híbridos

Hace más de dos años las cámaras IP comenzaron a entrar con firmeza, permitiendo una digitalización más fuerte entre la captura y la grabación, además de facilitar y hacer más ágil el proceso debido a que están unidas por redes de computadoras, Internet o redes inalámbricas.

Para muchos integradores la migración total a la nueva tecnología no es lo más recomendable debido a que no se adaptan a las necesidades de los clientes y mucho menos a las condiciones geográficas de América Latina, además algunos de ellos consideran que la calidad del video análogo no puede ser comparado con el de un sistema digital. 

No obstante la mayoría de integradores piensan que sería mucho mejor combinar las bondades de un CCTV análogo con uno digital o IP, ya que permite tomar lo mejor de cada tecnología e integrarlas para obtener mejores resultados.

Podríamos decir que la discusión sobre las bondades del CCTV análogo y el digital, o el uso de uno y otro, finalizó cuando aparecieron los sistemas híbridos; sin embargo para hablar de este tema, de sus  ventajas y de cómo se crean dichos sistemas, VENTAS DE SEGURIDAD entrevistó a tres profesionales de la seguridad electrónica, especialistas en Circuitos Cerrados de Televisón.

Migraciones tecnológicas

Para comenzar podríamos decir que cuando nos referimos a los cambios producidos por un CCTV por IP hablamos de los dispositivos de transmisión, pues anteriormente se utilizaban cables coaxiales y ahora con el IP nos referimos a la Internet la cual permite la transmisión de voz y datos, además de que a la cámara o a la videograbadora se les puede asignar una dirección IP y estar dentro de la red con los demás elementos que allá se encuentran, siempre y cuando se tenga una buena infraestructura de red ya que al transmitir por este medio muchas veces se tiene tanta información que se satura la vía de comunicación.

Pero ¿qué es mejor, un CCTV análogo o digital?. A muchas personas la moda y la novedad les llevan a tomar la decisión de instalar un CCTV digital sin tener en cuenta sus necesidades; pero por otro lado los sistemas análogos, unidos por cables coaxiales tienden a desaparecer, motivo por el cual la combinación de estos sistemas tradicionales con un sistema de transmisión IP, que ofrezca los beneficios de la grabación en DVR y la transmisión por IP o la grabación en NVR, ofrece al usuario final altas ventajas, además de lograr una buena aceptación y un buen desempeño para suplir sus necesidades.

“Un sistema híbrido es otro método de emigrar de los sistemas análogos de CCTV existentes a la tecnología digital de forma creciente” comenta Mirna Castañeda, gerente regional de Everfocus para México.  

Por su parte Cesar Augusto Gonzalez, vicepresidente de ventas y desarollo de mercado para Latinoamérica y el Caribe de Digiop Technologies, afirma que un sistema híbrido es el que recibe la señal de las cámaras convencionales analógicas y a su vez cámaras IP, permitiéndoles coexistir y funcionar de forma transparente al operador.
También afirma que para que un CCTV sea híbrido sólo necesita de un buen procesador que permita capturar video analógico a través de entradas de video y que por lo menos posibilite integrar una cámara IP o megapixel en su software.

No obstante, existen otras formas de crear un CCTV híbrido mediante la combinación de una DVR (Digital Video Recorder), la cual recibe las señales de video de forma análoga y por medio de su hardware digitaliza el video para poderlo almacenar, y una NVR (Network Video Recorder), la cual recibe el video en “flujos” IP (streams) que son enviados por los dispositivos de borde : cámaras IP y codificadores IP (Encoders), los cuales entregan el video digitalizado al grabador, como explica, Alexander Gutiérrez, de Samsung GVI. ”Hasta hace poco estos elementos (DVR y NVR) se conseguían por separado, sin embargo la tecnología híbrida permite combinarlos en uno solo, posibilitando ahorros en costos, espacio, energía, protecciones y accesorios como monitores, joystick controladores y estaciones de trabajo” precisó.

Una solución híbrida es una buena estrategia para aprovechar las nuevas tecnologías y continuar utilizando el sistema análogo sin necesidad de prescindir de sus servicios y hacer gastos excesivos, ya que ofrece un alto potencial de integración con los sistemas IP o digitales. Estos sistemas aceptan cámaras análogas de bajo costo y al mismo tiempo cámaras IP sofisticadas que cuentan con resolución megapixel, o hasta DSPs inteligentes para realizar reconocimiento facial.

Cabe resaltar que según los comentarios de los profesionales la principal condición para que un sistema sea híbrido es que permita la recepción y grabación tanto de señales análogas como IP en los mismos equipos, bien sean DVRs, NVRs, servidores o grabadores y que al mismo tiempo admita el envío de dichas señales a través de una red local o IP. Una de las principales ventajas que ofrece un CCTV por IP es que cada cámara puede ser monitoreada desde cualquier parte del mundo a través de una conexión a Internet, como también el registro de las imágenes grabadas puede ser consultado por cámara, fecha y hora sin necesidad de revisar todas la cintas para encontrar la imagen deseada.

Integración de tecnologías

La integración y la arquitectura abierta permiten que diferentes sistemas de seguridad de distintos fabricantes puedan unirse y funcionar a la perfección creando buenas soluciones para la protección de los activos y las personas. Los CCTV son las soluciones más implementadas de la industria y las más conocidas, debido a esto miles de usuarios cuentan con un CCTV como su sistema de seguridad o dentro de él, motivo por el cual los desarrollos que se logren es este campo serán muy bien recibidos, sin embargo se debe tener en cuenta que no siempre las nuevas tecnologías se amoldan a todas las compañías, lo que genera la búsqueda de nuevas soluciones como la vinculación de los elementos análogos del CCTV con los digitales.

Según Gutiérrez normalmente en una solución IP las entradas análogas (cámaras) se integran a través de los codificadores IP y las salidas análogas (monitores) se conectan a decodificadores IP. En una solución híbrida el equipo de grabación tiene entradas análogas (comúnmente conectores BNC) y salidas análogas (BNC) o digitales (SVGA) para conectar directamente las señales análogas de video, audio y alarmas (entradas/salidas). Las señales IP que llegan se reciben por la interfaz Ethernet, para la cual normalmente se recomienda velocidad Gigabit.

Por su parte César explica que lo que se hace para que el sistema acepte cámaras IP o megapixel, es desarrollar un software que permita recibir los videos provenientes de cámaras de nueva tecnología, “el éxito de la integración es que mediante el software, en la pantalla de visualizion el operador pueda ver cámaras analgogias, IP y Megapixel al mismo tiempo, sin tener que hacer muchos pasos de operación, a la final lo que queremos es un sistema rico en características pero fácil de operar”

Beneficios de la heterogeneidad

Según Mirna la tendencia en el mundo del CCTV es ir emigrando a plataformas verdaderamente digitales a medida de que los costos de estos se vuelvan más accesibles y se desarrollen más soluciones IP. No obstante, González y Gutierrez consideran que los sistemas análogos tiene varias ventajas, como que en una sola plataforma el cliente puede usar sus cámaras ya instaladas sin necesidad de descartarlas y remplazar todo su sistema, y a su vez puede conectar cámaras IP digitales que día a día se están generalizando en las instalaciones. Asimismo tiene beneficios a nivel de presupuesto, pues a diferencia de una solución IP, un híbrido permite usar la infraestructura existente (cámaras, instalación) y aprovechar los beneficios de la solución IP para nuevas cámaras de manera transparente para el usuario final pues la interfaz es la misma.

De igual forma, César y Alexander coinciden al decir que en comparación los costos entre un CCTV digital y uno híbrido son grandes, puesto que teniendo un CCTV análogo ya no hay que agregar nada de hardware, pues un sistema híbrido permite recibir las mismas cámaras analógicas y a su vez cámaras IP; asimismo un grabador híbrido puede tener costos similares a los de una NVR, aunque el hecho de permitir usar la infraestructura “análoga” existente y unificar todo el sistema en la misma interfaz en muchos casos favorece a la solución híbrida.

Por su parte Castañeda afirma que la industria enfrenta el reto de la carencia de estándares adoptados y el depender de sistemas de software costosos para tener un puente sobre soluciones incompatibles.

Ante la moda de lo nuevo y lo obsoleto de lo antiguo, los híbridos permiten unir los dos sistemas y brindar a los usuarios finales beneficios que tanto lo análogo como lo IP individualmente no podrían brindarle. Respecto a este tema Gutiérrez considera que si un cliente no tiene ninguna infraestructura existente, la decisión (aparte de costos) sería la solución IP, pues se basaría en la calidad de la imagen, mirando parámetros como resolución y tiempos de latencia (los pequeñísimos retardos que se presentan en la solución IP causados por la transmisión de la señal),  entendiendo, según él, que ésta es la que se terminará imponiendo. “La solución híbrida es un paso intermedio entre DVRs y NVRs que en muchos casos es interesante para aquellos clientes que cuentan con una instalación existente; tendría que hacerse un análisis sobre cámaras y cableado y comparar los beneficios y costos de conservar lo actual contra invertir en una solución totalmente IP".

A su vez González considera que el precio y la flexibilidad de expansión son algunas de las razones para elegir un híbrido, ya que un sistema análogo está limitado a su numero máximo de entradas de cámaras, mientras que un sistema híbrido puede expandirse hacia las nuevas cámaras IP.

Híbridos para América Latina

Como hemos mencionado en diferentes ediciones las condiciones geográficas y económicas de América Latina dificultan el uso e implementación de muchas de las nuevas tecnologías. Según César González, en Latinoamérica el contar con soluciones 100% digitales es muy costoso debido a los altos precios de conectividad, además existen miles de cámaras analógicas ya instaladas que los clientes no pueden descartar para pasar a las nuevas tecnologías, por esto es que se ofrecen, por un precio mucho menor soluciones de 4 hasta 32 canales híbridos que permiten conectar cámaras analgogas, IP y megapixel de diferentes fabricantes en una sola plataforma de software compatible entre sí y muy fácil de operar.

Por su parte, Alexander cree que “no existe una mejor solución de CCTV para América Latina, lo que existe es la mejor solución para cada aplicación sin importar si esta localizada en Tokio, México, Madrid o Santiago”. Para él lo importante es que el usuario final escoja la solución basado en el resultado final: la señal de video que tiene en vivo y la que tiene en la reproducción del video grabado. “Normalmente un usuario final que nunca ha tenido un sistema de CCTV no tendrá muchos parámetros para comparar y opte por la solución IP porque piense que tecnológicamente es más avanzada y a los latinos nos gustar 'estar a la moda' si tenemos el presupuesto para ello. Sin embargo un usuario que ya ha tenido una solución “análoga” instalada y busca actualizar su sistema a híbrido o IP, seguramente va a comparar el desempeño del video IP en vivo con lo que previamente ha obtenido con su sistema análogo”, precisó.

Asimismo este profesional considera que en la región los canales de conexión a Internet son costosos lo que encarece el monitoreo a través de la red, motivo por el cual muchos usuarios prefieren una solución de DVR que reciba señales análogas de las cámaras y permitan consultar el video por red, tanto localmente como por Internet.
Para concluir, Mirna considera que la infraestructura IP en América Latina aún no es muy madura, por lo que cree que los sistemas híbridos de CCTV son una excelente opción para esta región, sobre todo cuando se considera la inversión que implica una  instalación totalmente digital.