Los retos en la integración de todas las dependencias del primer centro comercial construido en Latinoaméricapor Fabia Fuzzeti*
Inaugurado en 1966, el centro comercial Iguatemi São Paulo fue el primero de este tipo en Latinoamérica. Cuenta con un área construida de 129.747 m² dividida en tres plantas que albergan 330 tiendas, ocho salas de cine y un patio de comidas con 44 restaurantes y establecimientos de comidas rápidas.
El centro comercial quería adquirir un sistema de seguridad centralizado que permitiera controlar, desde la sala de monitoreo, las alarmas de todos los almacenes, las puertas de entrada y salida, de emergencia, y el funcionamiento de las escaleras eléctricas. Para ello, la empresa FOR desarrolló un sistema de gran porte, que monitorea cerca de 800 puntos, entre alarmas de intrusión y de pánico en las tiendas, e intrusión para las puertas de entrada, salida y emergencia y las escaleras eléctricas.
Retos y soluciones de diseño
Una de las limitaciones que se presentaron fue que el sistema debía contar con comunicación inalámbrica para las tiendas, debido a que los almacenes cambian de diseño con mucha frecuencia, lo cual hacía imposible pasar cables, además de los problemas asociados a la estética: (dado que las fachadas eran de vidrio no se podían adaptar cables hasta los sensores de las puertas). También los mantenimientos correctivos y los cambios de diseño debían ser rápidos para no trastornar las actividades comerciales. Por esta razón, For tuvo que desarrollar un sistema basado en tecnología inalámbrica. Además, como que el ambiente del centro comercial era bastante ruidoso y contaba con una red celular interna, el sistema que se iba a utilizar debía ser bastante robusto, y también económico en términos de consumo de baterías.
Para resolverlo, For se asoció con una empresa estadounidense que suministró los receptores y los sensores inalámbricos. El sistema de radio opera en la tecnología de espectro disperso, donde cada paquete de información se envía simultáneamente por diferentes frecuencias; esto da solidez al sistema contra las interferencias producidas por otras emisiones de radio, como el sistema celular, entre otros. A partir de un contrato de O&M con esta empresa se desarrolló un protocolo más robusto para seguridad electrónica, cuyo propósito era la comunicación entre los receptores de radio y la estación central.
El sistema cuenta con sensores inteligentes, los cuales sólo envían una señal potente cuando se presenta un evento de intrusión; de lo contrario, se comunican esporádicamente con baja potencia para avisar al receptor que están funcionando correctamente. Las baterías de los sensores duran cinco años en promedio.
El mecanismo de radio en general, funciona a partir de células, cada una con cobertura variable entre 50 y 300 metros dependiendo de las condiciones de propagación del ambiente. En el centro comercial existen cerca de 22 células, cada una tiene capacidad para comunicarse con 100 sensores inalámbricos, entre sensores de apertura, infrarrojos, de incendio, pánico y rondas de vigilancia.
La red celular inalámbrica está intercomunicada mediante un puerto serial a la estación central de monitoreo por medio de un bus IEE485; dicho bus puede contener alrededor de hasta 3.000 células, lo cual permite usarlo en proyectos de gran porte. La distancia máxima entre una célula y la central (sin uso de repetidores), puede llegar a los 1.000 metros. En la central de monitoreo, basada en un PC y bajo el sistema operativo de Windows, se desarrolló un software de aplicación multimedia totalmente gráfico, que permite el monitoreo total del sistema de intrusión.
Trayendo la tecnología al mundo real
Una de las metas al momento de desarrollar una solución fue que ésta debería poder ser operada por cualquier persona sin conocimientos de informática. El operador básicamente usa el mouse para operar el sistema, sin necesidad de otros comandos o de usar el teclado. La pantalla gráfica y los comandos son intuitivos y fáciles de entender. La aplicación posee un módulo de edición, que permite la inserción gráfica de las plantas bajas de todos los locales monitoreados. A cada local monitoreado se le relaciona un objeto gráfico (en cualquier formato) y se registra en el sistema los sensores de alarma y se los asocia a sus respectivos objetos gráficos. El sistema permite la configuración de una alarma específica para cada sensor, lo que en caso de alarma permite generar informes textuales en la pantalla, mensajes sonoros para el operador y un comando de actuadores remotos para el sistema de CCTV, entre otros.
Existe una codificación de color asociada a cada objeto gráfico, para mostrar si la alarma de un local está activada o desactivada, o si hay un evento de alarma. Cuando se detona una alarma el objeto asociado al sensor cambia de color. A partir de la visualización de los colores en el ambiente, como un todo, el operador sabe cuáles locales tienen la alarma activada, desactivada, cuáles locales la tienen detonada. El sistema da prioridad a las informaciones de alarma por grado de importancia y orden de llegada. Suministra diversos reportes, elaborados atendiendo a las necesidades específicas de un centro comercial.
Además de monitorear los locales y permitir que actúen, el sistema monitorea los sensores –que estén funcionando adecuadamente, sus grados de transmisión de señal y el estado de las baterías–. En caso de que un sensor quede inactivo, el operador recibe un aviso para tomar las medidas de envío de un técnico al local, quien verificará lo que haya ocurrido.
El sistema abarca incluso la función de ronda en tiempo real para monitorear los guardas internos del centro. Permite registrar los recorridos (las secuencias entre puntos de ronda) que deben realizar los diferentes vigilantes a lo largo del día dentro del lugar. En los diversos puntos de ronda se instalan sensores inalámbricos, y en el momento en que la ronda pasa un bolígrafo especial, el sistema envía la información a la central. Existe una gran tolerancia de horario para cada punto de vigilancia que debe obedecer el vigilante; si este no pasara por el lugar o lo hiciera fuera del horario, la central recibe la información en tiempo real.
Además del sistema inalámbrico a partir de receptores, existen módulos cableados de 16 zonas que pueden usarse tanto para alarma predial como para los sensores de humo contra incendios, lo que permite proyectar un sistema híbrido.
Dificultades de la implementación
En un centro comercial del porte del Iguatemi, bastante complejo por ser el más antiguo y haber pasado por varias reformas y ampliaciones con diversos conceptos de infraestructura predial (antiguos y modernos). El mayor trabajo fue el paso del cable de red. El lugar no contaba con una galería técnica, por lo que todo debió hacerse en los entretechos y fuera de los horarios de servicio. El trabajo duró alrededor de dos semanas. La instalación de los sensores en los locales, dado que no implicaba cableado, fue realizada por un solo técnico, quien los instaló a razón de 30 almacenes diarios.
Por su flexibilidad, este sistema se ha usado en centros comerciales, sistemas perimetrales en grandes empresas y sistemas de alarma predial.
* Fabia Fuzetti es la corresponsal de VENTAS DE SEGURIDAD en Brasil.
Deje su comentario