Muchos de nosotros hemos escuchado la palabra Inteligencia Artificial (IA) en varios ámbitos de nuestra vida. Para algunos sigue siendo un misterio, mientras que para otros es algo que están viviendo todos los días.
por Ing. Antonio Olmedo Morales*
Para poder comprender cómo los alcances de la inteligencia artificial nos afectan hoy en día veamos unos ejemplos.
Si son dueños de un celular inteligente de Google o Apple, sabrán que éstos tienen un asistente virtual que con el simple comando de “Oye Siri” o “Ey Google”, podemos preguntar cualquier cosa (cual una bola de cristal) y obtener una respuesta a nuestra necesidad. Toda esta acción de escuchar nuestra voz, convertirla a texto, asimilarla como una instrucción, hacer la búsqueda en la red y transmitirlo como respuesta es parte de la magia de la IA.
También habrán notado que cuando entran a muchas páginas de empresas de servicios, un asistente virtual les pregunta, “¿Puedo ayudar en algo?” o “¿Tiene alguna consulta?”, y al momento en que ustedes escriben su necesidad, casi por arte de magia, en unos pocos segundos su asistente remoto les responde con opciones que tiene para usted, generando una interacción casi instantánea y llevándolo de la mano hasta resolver su inquietud o inconveniente. Ese asistente, que pareciera estar 24/7 solo para usted, también es resultado de la IA.
Como verán, hoy estamos viendo cada día más los frutos del trabajo de los ingenieros detrás de estos algoritmos y de las innovaciones e incrementos de procesamiento en las computadoras modernas.
La narrativa alrededor de la inteligencia artificial (IA) pasó de una idea romantizada de insurrección de las máquinas a un reconocimiento de que la IA impulsa tecnologías y capacidades reales que enriquecen y mejoran las vidas de las personas todos los días.
De hecho, International Data Corporation (IDC) pronostica que el gasto en tecnologías de IA aumentará a US$97,900 millones en 2023, más de dos veces y media el nivel de gasto de 2019. La realidad es que la IA se ha implementado desde hace décadas en una amplia gama de casos prácticos para resolver problemas comerciales, desde la administración y la automatización de infraestructuras de TI y la recopilación de nueva información sobre los clientes hasta la identificación de amenazas cibernéticas y la respuesta ante ellas y mucho más.
En el ámbito de la seguridad física, cada vez más empresas han mejorado sus capacidades relacionadas con los datos y han integrado la IA en sus procesos comerciales. En los próximos años, es muy probable que la IA se vuelva aún más predominante. Así como las estrategias móviles se han internalizado en los negocios, muy pronto la IA será el estándar, tal vez incluso antes de lo que pensamos.
Los resultados de una encuesta global de McKinsey sugieren que las organizaciones están utilizando la IA como una herramienta para generar valor y que piensan invertir aún más en IA como respuesta a la pandemia de COVID-19 para impulsar estrategias de “regreso al trabajo” más seguras.
¿Cómo se ve reflejado hoy en día en nuestro mercado?
Una de las grandes bondades de la Inteligencia Artificial es la de generar información situacional a sus clientes. Podemos mencionar como ejemplo la clasificación de objetos como personas, coches, camiones, motos, perros, gatos en una misma imagen o también poder detectar mochilas, laptops, portafolios, celulares o pistolas todo gracias al procesamiento que cámaras, como las de la línea Tyco Illustra, tiene para usted.
También podemos entender comportamientos en escenas complejas, como detectar merodeos de personas sospechosas en perímetros o tal vez personas corriendo en zonas donde normalmente no es común esta situación. Todos estos algoritmos inteligentes en sistemas de video como Exacq o Video Edge permiten a los usuarios finales tener una imagen más clara de las situaciones que están sucediendo en su entorno y tener una reacción oportuna ante estos incidentes.
Sabemos muy bien que la pandemia ha cambiado nuestras vidas y la inteligencia artificial en una lectora como la Illustra Insight con reconocimiento facial 3D sin contacto, nos permite reconocer 20 personas al mismo tiempo evitando enfilamientos en torniquetes, evitando que las personas se quiten el cubrebocas en la entrada y, lo más importante, ayudando a disminuir las posibilidades de contagio en nuestros lugares de trabajo.
Con los ejemplos mencionados con anterioridad nos queda claro que los datos son el combustible que alimenta a la IA y los sistemas de seguridad reúnen mucha información. Este torrente de datos es demasiado grande para que los analistas humanos puedan aprovecharlo al máximo. La inteligencia artificial ayuda a resolver este problema.
En estos días hemos aprendido mucho durante la pandemia, y es posible que cubrirse el rostro se convierta en un procedimiento operativo estándar como primera línea de defensa en un lugar de trabajo saludable. En entornos concurridos, puede resultar difícil controlar quién tiene el rostro cubierto y quién no, sobre todo sin la ayuda de la IA:
• Los sistemas de gestión de video como victor de American Dynamics emplean la IA para incorporar una correcta detección de mascarillas que ayuda a reducir el incumplimiento de los protocolos.
• Las búsquedas haciendo uso de la IA permiten localizar rápidamente a los individuos por su apariencia revisando muchas cámaras y deteniendo al sospechoso de manera oportuna.
• Los algoritmos de IA le permiten crear fronteras virtuales que cuentan las personas que entran y salen de un área definida para respetar los límites de ocupación y el distanciamiento social.
• Las cámaras térmicas como la Illustra Thermal detectan las temperaturas elevadas de la piel a medida que las personas acceden al edificio con una diferencia de +-0.2 grados para garantizar que no entre alguien con fiebre, el síntoma más común de la enfermedad.
Claramente la tecnología de Inteligencia Artificial marcará un antes y un después en la evolución de la seguridad y habrá que estar atentos como miembros de esta industria a entender esta nueva tecnología y ofrecerla a nuestros clientes, ya que esta nueva revolución llegó para quedarse.
* Ing. Antonio Olmedo Morales, Security solutions manager Latam, Johnson Controls.
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