El poder trabajar desde casa también requiere de condiciones idóneas que permitan que el desempeño del trabajador sea óptimo.
por Luis González Nogales*
En los últimos meses se ha hablado y se ha escrito mucho sobre el teletrabajo, confundiéndolo con el hecho de tener que trabajar desde la casa, producto de las diferentes etapas del confinamiento que han tenido los países en determinadas semanas o meses.
Desde esta columna queremos poner nuestro granito de arena a esta discusión, con el espíritu de fomentar el espíritu crítico y el intercambio de opiniones.
El trabajo desde casa al que se han visto obligados a realizar miles de personas producto de las decisiones gubernamentales de confinar a determinas zonas en sus casas unido a la necesidad de las empresas o instituciones de mantener un mínimo de operaciones y servicios, ha conllevado en general a la improvisación de establecer una comunicación desde el lugar de residencia de la persona con la empresa y/o sus clientes, procediendo en ese momento a realizar el inventario de los medios que cada quien disponía en su casa , siendo estos en la mayoría las computadoras fijas o portátiles para uso doméstico, los teléfonos personales o de la empresa, y las conexiones a internet con el ancho de banda que cada persona podía pagar para su uso particular.
A partir de estas condiciones generales se establecieron redes de comunicación a través de grupos en diferentes redes sociales, la descarga de programas en su preferencia gratuitos y el apoyo para la instalación y puesta en funcionamiento de estos esquemas de comunicación por parte de los profesionales de tecnología de la información (“los informáticos”) en aquellas medianas empresas que disponían de este personal, y las pequeñas empresas que en su mayoría no tienen estos profesionales acudieron a los familiares más jóvenes que tuvieran algún tipo de conocimiento en estos sistemas o a través de videos y tutoriales existentes en la red.
Las grandes empresas y sobre todo las dedicadas a la comunicación y tecnologías de la información han tenido más posibilidades de adaptación al poder crear mejores condiciones para el personal que tienen que trabajar desde su casa, dotando rápidamente de mayores anchos de banda a sus empleados, la instalación remota de programas específicos de las empresas, VPN (red privada virtual) con mayores fortalezas de seguridad, así como la instalación de números de teléfonos virtuales IP de la empresa de forma remota, como ya mencionamos, al igual que el monitoreo remoto de las máquinas que emplean sus trabajadores para evitar fugas de datos; pero esto, como señalábamos, solo un grupo de determinadas empresas tuvo oportunidad de realizarlo.
El trabajador
El trabajador se vio obligado a una tensión adicional a las creadas por la particular situación personal de cada familia producto de la crisis sanitaria, al tener que estar conectado y atendiendo llamadas, videoconferencias, seminarios, etc. con la empresa en espacios improvisados dentro de su residencia, con las interferencias normales y extraordinarias que causan las otras personas mayores, jóvenes y niños que están igualmente confinados en la casa y en ocasiones presionando por el único equipo de cómputo disponible para acceder a su trabajos o sus clases.
Esta situación no es teletrabajo con independencia que la prolongación en el tiempo de estas situaciones fueran poco a poco estabilizando un poco los horarios y los límites de que se podía o no atender en dichas circunstancias, pero en otro sentido generando mayores niveles de tensión emocional, al tener actividades de trabajo que atender a cualquier hora del día o de la noche, sin límite ni respeto por los horarios “tradicionales” que se tenían hasta antes del confinamiento. Esto no se puede considerar ni nombrar como teletrabajo, lo más cercano seria “trabajo desde casa” (en condiciones “particulares”).
El teletrabajo que ha sido y es una buena opción para muchas actividades de las empresas y que ha sido puesta sobre la mesa y es uno de los mejores momentos para sentarse y considerar cada uno de los cargos de la empresa y hacer el análisis del costo beneficio para la productividad de la empresa y estabilidad del trabajador.
Primero: después de realizar este análisis interno de que las funciones y actividades del cargo se pueden realizar de forma total o parcial desde un lugar externo de la empresa, en este caso la residencia del empleado que se contrate o ya es parte de la plantilla, y es definir qué recursos son necesarios dotar a cada cargo desde el punto de vista de equipamiento tecnológico, tanto en hardware como en software, así como el equipo de oficina y las necesidades de reposición periódica; igualmente en el caso de ser parcial las actividades que requerirán su presencia en la empresa o el envió y recibo de documentos físicos de la empresa a la casa y viceversa.
Segundo: la visita al lugar donde el empleado realizara su teletrabajo y analizar su adecuación en cuanto a independencia de otras actividades (recordemos que será el sitio de trabajo) las condiciones de conectividad que la empresa debe asegurar para el cumplimiento adecuado de las funciones, las condiciones de luz, ruidos o insonoridad, el tipo de equipo de cómputo para realizar su trabajo, en fin todas las causales que normalmente los especialistas de higiene y seguridad ocupacional analizan al interior de la empresa deben estar en el lugar de trabajo en la casa o residencia del trabajador.
Incluido si se requiere realizar alguna pequeña obra o adecuación del lugar para que tenga las condiciones necesarias para realizar su jornada de trabajo, esto puede incluir dispositivos de control de acceso para registrar las horas de entrada y salida, la instalación de equipos de videovigilancia para este lugar específico que no violaría la privacidad del resto de la casa, al igual que se instalan cámaras al interior de la empresa, en la consideración que este espacio es una extensión de la empresa, podríamos hacer un símil con la situación de las embajadas en los diferentes países.
Tercero: considerar por parte del trabajador que una vez que ha establecido con la empresa que su cargo se realizará en la modalidad de teletrabajo parcial o total, debe considerar que la condición de ejecutar su trabajo desde su residencia y que para esto cuenta con un espacio específico que la empresa, por considerarlo de alguna forma, alquila en su casa y cuyos equipos y su uso son de la empresa y están destinados para cumplir sus obligaciones de trabajo contractual pactado.
También implica un proceso mental y de autodisciplina en el sentido que se tiene una hora de entrada para lo cual hay que preparase adecuadamente y para esto la recomendación es realizar las actividades de higiene, vestimenta, planificación de las actividades personales, etc., de igual forma que si tuviéramos que desplazarnos al lugar de trabajo, pero con la ventaja de que los tiempos de traslado se ganan en tiempos personales. En este sentido mi recomendación personal es lo que denomino “lustrase los zapatos para ir a una reunión de zoom”, o sea prepararse al igual que si la actividad fuera presencial. De esto normalmente se exceptúan aquellas actividades que son de carácter creativo o de entregas por resultados en donde no hay horarios, sino entrega de un resultado en una fecha determinada.
Lo último es que al igual que el trabajador debe preparase para acudir y cumplir sus funciones en la horas establecidas desde “las embajadas de la empresa en los domicilios de los trabajadores” en la condiciones previamente creadas y pactadas; la empresa debe respetar estos horarios y si se requiere una reunión o un tiempo fuera del horario establecido, igualmente debe reconocerlo como horario extraordinario y asimismo respetar la antelación de los avisos que se tienen cuando los trabajos se realizan de forma presencial; también debe tener claridad que los correos electrónicos, llamadas y mensajes dejados en las extensiones de los teléfonos (normalmente IP) de la empresa fueran de los horarios establecidos serán tratados de igual forma que cuando el trabajo es presencial y el empleado ya se ha terminado su jornada laboral y se ha retirado de la empresa.
Conclusiones
Como vemos,, en el teletrabajo se deben establecer una serie de acuerdos, normas y procedimientos para que esta modalidad fluya de forma productiva y ágil.
Por el contrario, el trabajo desde casa ha sido una necesidad impuesta de forma extraordinaria producto de una situación de origen sanitario que ha permitido dar un salto cualitativo en el sentido que las empresas han podido identificar actividades que pueden realizarse con teletrabajo, el siguiente paso es crear las condiciones adecuadas tanto tecnológicas como de organización y procedimientos.
La tarea está planteada, el resto depende de nosotros.
Un saludo a todos nuestros lectores.
* Luis González Nogales es el Presidente Ejecutivo de INCASPRI. Si desea contactarlo, puede escribirle al correo electrónico: [email protected]
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