Con más frecuencia de la que quisiéramos, los medios nos traen historias sobre eventos trágicos que suceden en toda Latinoamérica. Estos tristes acontecimientos nos recuerdan que la seguridad es más importante que nunca.
por Richard Brent*
Para garantizar la seguridad de las personas en América Latina es importante expandir los horizontes y considerar el uso del monitoreo de audio como un recurso fundamental para la seguridad de la región.
Según el Informe Regional de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, 2013-2014, cinco de diez latinoamericanos perciben un deterior en la seguridad de su país. Hasta un 65% dejó de salir en las noches, debido a la inseguridad y 13% reportó haber tenido que mudarse a otro lugar por temor a ser víctimas del delito. El estudio también mostró que una de cada cinco personas había sido víctima de robo en 2012 y, en promedio, seis de cada diez de esos robos fueron violentos. Con base en el número de robos registrados en las encuestas sobre víctimas de delitos, el informe concluyó que “todos los países latinoamericanos mostraron una tasa de víctimas de robo mayor que las cifras reportadas a las autoridades”.
Estas alarmantes estadísticas muestran que es momento de un nuevo paradigma para pensar la seguridad en Latinoamérica. Si bien la videovigilancia ha sido considerada durante largo tiempo como la principal tecnología de un sistema de seguridad, es momento de reconocer que el monitoreo de audio es un componente igualmente importante. La verificación de alarmas, el aporte de evidencia adicional, el aseguramiento de la calidad y la prevención de delitos son solo algunos de los beneficios más importantes que tiene para ofrecer el audio. Aun así, la pregunta sigue siendo válida ¿por qué el audio? La respuesta es contundente.
Imagine a un guardia de un banco que observa material de audio y video en tiempo real. El guardia está viendo y escuchando cualquier amenaza de seguridad que tenga lugar, tanto dentro como fuera del banco. De repente nota dos personas sospechosas que están paradas en la acera. El guardia pone atención a su lenguaje corporal y su conversación, enfocándose en sus gestos y en palabras clave. De repente, oye “yo me encargo del guardia interno mientras que tú corres hacia el cajero”. El guardia notifica de inmediato a las autoridades y estas llegan a tiempo para arrestar a los asaltantes. Si el funcionario no hubiera podido oír lo que los sospechosos estaban diciendo, no habría podido reaccionar con tanta prontitud ni hacer que la policía llegara al sitio. El beneficio es aún mayor con el empleo de audio bidireccional. Luego de escuchar la conversación de los sospechosos, el guardia puede dirigirse a ellos a través del altavoz y decir algo como “los estoy viendo y oyendo, la policía llegará en 30 segundos”. En esto consiste la naturaleza preventiva del audio.
La verdad es que usar video sin audio es como vivir en una película muda, que lo dejará solo con parte de la historia. Para poder valorar plenamente y responder a una amenaza a la seguridad, la solución debe incluir el audio.
Recientemente han aparecido numerosos avances tecnológicos innovadores en el campo del monitoreo de audio. Por ejemplo, usando un sistema de audio bidireccional en red junto con video, el personal de seguridad puede interactuar en tiempo real y de forma remota con personas sospechosas, sin tener que enviar a un guardia al área. Adicionalmente, los guardias pueden monitorear varias zonas, áreas restringidas o ubicaciones comerciales, identificar mejor las amenazas en curso y responder rápidamente con advertencias verbales e instrucciones. Con tantas funciones de seguridad, ¿por qué el audio sigue rezagado con respecto al video en el ámbito de la vigilancia?
De acuerdo con un informe reciente publicado por la firma de investigación Memoori Business Intelligence, titulado “The Physical Security Business 2013 to 2017” (El negocio de la seguridad física de 2013 a 2017), a finales del año 2013 se proyectaba que el mercado global de productos de seguridad ascendiera a un total de $23.400 millones de dólares, con la videovigilancia representando más de la mitad (52 por ciento) de esta cifra, es decir, unos $12.260 millones. Como si esas cifras no fueran ya suficientemente impresionantes, la firma de investigación IHS espera que la demanda global de videovigilancia crezca en más de 12%, en comparación con 2013. En cuanto al audio, IHS reporta que en 2013 más de 70 por ciento de las cámaras en red despachadas en todo el mundo tenían una función unidireccional o multidireccional. Sin embargo, se estima que estas funciones se emplean menos del 10% del tiempo.
Es fundamental que los profesionales de seguridad reconozcan que cuando utilizan solamente video se están limitando: el audio debe ser parte de la estrategia global de seguridad. Uno de los principales beneficios del monitoreo de audio es su compatibilidad con una amplia gama de dispositivos de seguridad, entre otros, cámaras, grabadores y software. Específicamente, el audio satisface las necesidades de seguridad de una amplia gama de organizaciones, incluyendo instituciones de orden público y educativas, restaurantes de comida rápida, tiendas de abarrotes, entidades prestadoras de servicios de salud, instalaciones de almacenamiento, empresas de servicios públicos e infraestructura e industria de ventas al menudeo.
El audio es fundamental para la seguridad. Hay muchas maneras en que es posible usarlo, como monitorear áreas de mucho tráfico para ayudar a proteger a las personas, dotar a las empresas de audio de seguridad para ayudarles en sus estrategias de prevención de pérdidas, ofrecer capacitación a los empleados, llevar a cabo transacciones diarias, entre muchas otras. Por ejemplo, una cadena de comida rápida podría usar el monitoreo de audio para garantizar que sus empleados están siguiendo el procedimiento adecuado para el procesamiento de las órdenes y/o para garantizar que no están robando recursos de la organización, y además puede emplearlo como una herramienta de capacitación para garantizar el cumplimiento de estándares en la atención al cliente.
Adicionalmente, un beneficio fundamental del monitoreo de audio es que ayuda a combatir las falsas alarmas y proporciona una verificación secundaria, en caso de que ocurra una emergencia, robo, amenaza de seguridad u otra intrusión, permitiendo a las compañías ver y oír lo que está sucediendo (cuando se lo combina con tecnología se seguridad por video). Con el monitoreo de audio, también se pueden activar alarmas a partir de sonidos (que sobrepasen un nivel de decibeles previamente especificado) capturados por productos de monitoreo de audio. Para nombrar solo un ejemplo, en noviembre de 2013, la policía de Evansville, Indiana, recibió una alarma de audio verificada de un taller automotriz. Cuando llegaron al lugar de los hechos, dos sospechosos fueron detenidos y se les encontró en posesión de propiedad del taller. Lo mejor de una alarma verificada es que proporciona confirmación en tiempo real de una intrusión, a través de monitoreo visual o de audio y notifica cualquier ingreso o intento de ingreso no autorizado. Esta tecnología realmente proporciona a las compañías y empresas la seguridad que necesitan para mantener sus activos protegidos.
Es solo cuestión de tiempo para que cada vez más corporaciones empiecen a aprovechar el audio para satisfacer sus necesidades de seguridad. Entonces, es necesario hacer del audio una parte más integral del debate actual sobre la seguridad y no dilatar lo inevitable. No nos quedemos rezagados, empecemos, como líderes de la industria, a proponer este tipo de discusiones. No podemos seguir ignorando el audio como componente fundamental para ofrecer una solución de seguridad completa e integral.
*Richard Brent es el director general de Louroe Electronics.
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