El estudio demostró que el mercado de fabricantes y distribuciones brasileñas recibió más de US$100 millones en 2010, tanto de cámaras como de software, en gran medida por los altos costos de importación de equipos extranjeros que no eran rentables para los proyectos de mediano y pequeño tamaño.
En varios casos, algunas de las marcas locales se han expandido a otros países latinoamericanos y aunque la fuerte competencia y la rápida evolución de la tecnología obliga a constantes inversiones para mantener el paso, el éxito en las instalaciones produjo un crecimiento que pone a Brasil en el escenario internacional gracias al avance y la innovación de su tecnología.
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