Hace más de 40 años los sistemas de detección de incendios aparecieron en el mercado de la seguridad, sin embargo los avances tecnológicos los han trasformado para ser utilizados en diferentes tipos de espacios según las necesidades. Hoy en día la inteligencia y la velocidad de respuesta diferencia su uso e implementación.
por Ana María Restrepo
Los movimientos telúricos y marítimos, las erupciones volcánicas y los incendios son las algunos de los mayores desastres naturales que han azotado a la humanidad a lo largo de su historia; y aunque muchos de ellos no se pueden prever exactamente, como el pasado terremoto de 7.9 grados en la escala de Ricther en Perú, (el cual dejó más de 500 víctimas); otras tragedias si pueden ser detectadas con anterioridad como los incendios en edificios, bodegas y hogares.
Hace algunos años, en ciudades latinoamericanas como Bogotá y Buenos Aires, los incendios en lugares de diversión nocturna causaron grandes pérdidas humanas y materiales, las cuales se hubieran podido evitar si dichas discotecas hubieran contado con un sistema de detección contra incendio.
En días pasados, en el Edificio de Justicia de Medellín, Colombia, se presentó una conflagración a las cuatro de la mañana, y debido a la hora del incendio ninguna persona resultó herida ni muerta, pero si se alcanzó a destruir parte del archivo físico del Juzgado 28 del circuito municipal y algunos computadores. Cabe resaltar que en este edificio se desarrollan las versiones libres de los ex jefes paramilitares desmovilizados y que se encuentran recluidos en la Cárcel de Máxima Seguridad de Itagüí.
De la misma forma, las llamas calcinaron en Málaga, España, gran parte de las instalaciones de una emisora local mientras se emitía un programa, afortunadamente nadie resultó herido. Asimismo, en el Aeropuerto Internacional de Cilicán en Sinaloa, México, una avioneta sufrió un conato de incendio al momento de realizar maniobras de aterrizaje, pero ninguna de las personas implicada resultó lesionada, contrariamente a lo que sucedió el 5 de julio cuando un Jet Sabré suscitó un accidente en esta misma estación y perdieron la vida tres miembros de la tripulación y otras seis personas más.
Desastre natural
Muchos de los casos presentados a causa de una conflagración pueden no ser prevenidos como sucedió en el caso de las avionetas, sin embargo existen algunos acontecimientos como en el caso del juzgado, la emisora o de los bares nocturnos, en donde la falta de previsión y de sistemas de seguridad contra fuego puede costar la vida.
Luego de estos acontecimientos, muchas empresas y personas han decidido instalar sistemas de detección de incendio que ayuden a prevenir los incidentes.
En la actualidad los sistemas de detección de fuegos pueden ser utilizados en cualquier espacio, es más, existen modelos para farmacias, centros textiles, hospitales, grandes industrias, entre otros; con características especiales como alarmas, protección anti vandalismo o detectores de incendios rápidos y lentos. También existen diferentes clases de dispositivos automáticos como los iónicos y fotoeléctricos que detectan humo, los térmicos que detectan un aumento en la temperatura, y los ultravioletas e infrarrojos que detectan llamas.
Un aspecto para tener en cuenta es que los detectores de humo no son nuevos. Esta tecnología existe desde los años 60 y desde esa época ha ido avanzando con el fin de brindar cada vez más un mejor sistema de protección.
Para hablar de lo avances que se han presentado en este tema y realizar a la vez un análisis de la situación latinoamericana, VENTAS DE SEGURIDAD entrevistó a Mimmo Micali, director para América Latina de Securiton, Alfredo Luciano, director general en Puerto Rico de ADI y Carlos Zorrilla, gerente regional de ventas en México de Honeywell.
Detectores de humo y sus avances
En los años 70, el detector de humo a base de pilas se puso a disposición del consumidor, hoy en día con el avance de la técnica, el hombre ha diseñado sistemas de detección automática que imitan los sentidos humanos basándose en que toda combustión produce humo, gases, llamas y calor.
Según Mimmo Micali, los detectores han mejorado mucho su confiabilidad debido a varias tecnologías que se les ha implementado. “A través de filtros dinámicos, o mejor dicho, de algorítmicos, es posible evaluar en una fase de combustión si las partículas que se encuentran en la cámara óptica de un detector coinciden con un tipo de incendio, excluyendo alarmas falsas causadas por polvo, humo de cigarrillos u otras partículas”.
A estos dispositivos también se les ha dado el carácter de inteligentes debido a que pueden informarle a los páneles (CPU) de los acontecimientos que detectan sin necesidad de que el panel de control sea el cerebro, al mismo tiempo que se identifican a través de una dirección lógica, como explican Alfredo Luciano y Micali.
Los detectores inteligentes cuentan con un microprocesador o un chip que discrimina las situaciones y los casos, que no sólo permite la detección de los incidentes y su tipo de humo o llama, sino que también pueden aislar un corto circuito y así evitar que varios detectores dejen de funcionar.
Sistemas de detección
La protección contra incendio ha desarrollado dos sistemas que han sido los más utilizados en los últimos años, sin embargo como en el caso de las comunicaciones alámbricas e inalámbricas, uno de estos dos detectores está cediendo terreno debido a las características y necesidades actuales de la industria.
La principal diferencia entre los sistemas convencional y direccional, yace en que en un sistema convencional el panel de control sólo identifica la zona donde se presentó la alarma, mientras que en el direccional cada detector y cada módulo tienen una dirección única que permite establecer el lugar exacto del incidente.
En América Latina el uso de detectores inteligentes (direccionables) ha ido en aumento, y como asevera Luciano, estos pronto reemplazarán al sistema convencional en aplicaciones grandes. Por su parte, Mimmo piensa que aunque los detectores convencionales pueden ser más económicos, los precios de los detectores inteligentes están cada vez más bajos, lo que hace que estos sistemas sean más asequibles y competitivos en el mercado debido a todos los beneficios que brindan a los consumidores.
Por su parte, Carlos Zorrilla considera que el mercado en América Latina se está especializando cada vez más; “estamos viviendo una etapa en que no solamente interesa cumplir con las certificaciones locales, si no cumplir cabalmente las normas internacionales, es por esto que se están solicitando sensores inteligentes, pues estos nos brindan mayor precisión y velocidad de respuesta, tambien pueden compartir información entre ellos y el panel de control”.
Tanto Micali como Luciano estiman que en Latinoamérica la cultura de la prevención de incendios y la creación de normas que la regulen está en aumento en México, Argentina, Chile, Brasil y Colombia. Mas Zorrilla explica que en la región existe un riesgo latente, y es el de los detectores y sistemas de mala calidad que se están importando desde China y que pretenden introducirlos como dispositivos inteligentes, los cuales no cuentan con validaciones oficiales como UL o FM.
Inteligentes contra convencionales
El mercado de los detectores de incendios y humo ha ido variando como lo explicaron estos profesionales debido a la implentación de nuevas tecnologías, las cuales hacen que unos dispositivos sean mejores instrumentos que otros para algunos espacios, no obstante el uso de los detectores convencionales continúa siendo representativo en espacios pequeños.
Asimismo, el sistema direccional ha seguido aumentando su cobertura debido a que su valor se ha disminuido y sus características tecnológicas, como su habilidad de respuesta más rápida y acertada a un conato de incendio, lo han posicionado en el mercado en aquellas complejas y grandes instalaciones.
Cabe resaltar, como afirma Luciano, que el sistema direccional ofrece ventajas en cuanto a la disminución del cableado y de la ubicación de la alarma por detector en vez de por zona. “Es así como al detector tener una dirección asignada permite determinar la ubicación exacta del incidente”.
Por su parte, los detectores convencionales no tienen la capacidad de identificarse por sí mismos, ni comparar los valores internos con el panel, ni siquiera comparten información con otros dispositivos como explica Carlos Zorrilla, pues varios de estos dispositivos deber ser reportados a un modulo inteligente y este es el que ejecuta acción.
No obstante, debido a la reducción de los costos de los microprocesadores algunos fabricantes han instalado en los detectores convencionales dichos elementos, los cuales ayudan al mejoramiento de los convencionales y reducen la brecha tecnológica entre los dos sistemas líderes en la detección de incendio, permitiendo una velocidad de respuesta más rápida a la que tenían anteriormente.
Detectores direccionables digitales y análogos
Los dispositivos direccionables también se dividen en dos grupos, los digitales y los análogos, los cuales presentan una serie de diferencias que los hacen competir entre ellos.
Para Micali la principal diferencia entre estos dos detectores radica en que uno digital solamente envía la información de su posición, mientras que el análogo tiene un procesador interno que le permite a través de algoritmos realizar una serie de evaluaciones sobre el proceso de una combustión, mejorando de esta forma la rapidez de la respuesta ante el incidente, además de mantener una cuota muy baja de falsas alarmas. Igualmente, este dispositivo avisa al sistema cuándo necesita recibir mantenimiento o en qué estado de suciedad se encuentra.
Para muchos fabricantes de equipos contra incendios, los detectores inteligentes cuentan con variadas ventajas (que ya hemos mencionado) además del bajo consumo de energía, sin embargo su mayor desventaja radica en que su precio es alto y mucho mayor que el de los detectores convencionales.
Detectores para cada espacio
Con los años, la industria de la seguridad contra el fuego ha avanzado en sus creaciones, implementando sistemas especiales para utilizar en ciertos tipos de espacios como farmacias, supermercados, laboratorios, cocinas, zonas industriales, oficinas, escuelas, entre otros; los cuales poseen características especiales que apoyan la prevención y detección de los fuegos. Dentro de estos dispositivos podemos encontrar, como lo mencionamos al comienzo, los que detectan llama, humo o temperatura.
Según Alfredo Luciano y Mimmo Micali cuando hablamos de los detectores más usados podemos decir que los ionizados (para humo), los fotoeléctricos (humo) y los térmicos son los más comunes, pero cabe diferenciar que no todos pueden ser utilizados en los mismos espacios. Por ejemplo los ionizados se deben instalar en aquellos lugares donde pueda existir un fuego rápido y poco humo, ya que el fuego genera un humo blanco como en fábricas de papel o químicas.
Por su parte el dispositivo fotoeléctrico es ideal para la detección de fuego lento con producción de mucho humo negro, el cual puede resultar en instalaciones donde existe material plástico como industrias, residencias y oficinas. Mientras tanto el detector térmico se implementa en espacios donde se pueda generar llamas, donde el incendio se desarrolle lentamente pero con mucho humo, y donde, debido a la contaminación del lugar, no es posible utilizar un detector óptico como sucede en una cocina o en un cuarto de máquinas.
No obstante, Mimmo explica que en lugares altos, o industriales hay que evaluar si estos detectores pueden trabajar de forma correcta. “Hoy en día existen varios detectores especiales para estos tipos de aplicaciones como sistema de aspiración o detector lineal de temperatura, desarrollados para estos lugares donde detectores comunes no son muy eficaces”.
¿Integración con otros sistemas?
La integración de los diferentes sistemas de seguridad como CCTV, alarmas o biometría, permiten una mayor eficacia en el momento de monitorear y proteger algunos espacios, sin embargo el sistema de alarma contra incendios es el único que no puede estar integrado con los demás, debido a la alta ligereza con la que se debe responder ante los acontecimientos.
Para Luciano, la normatividad existente de la seguridad contra incendios tiene restricciones hacia que los detectores de fuego sean operados a distancia, pero estas normas si permiten que los sistemas contra fuego compartan la información con otras tecnologías de seguridad, pues al ser el sistema contra fuego el que tiene “en sus manos” el cuidado de la vida de todas las personas que se encuentran en el lugar se convierte en el subsistema más esencial.
Por sus parte Micali sostiene que “es importante pasar una eventual información de alarma a un sistema gráfico e integrarse así a otros sistemas de seguridad, y que las operaciones se efectúen desde la central de detección contra incendio”.
Contrariamente, Zorrilla explica que las normas si permiten que estos sistemas puedan ser operados y controlados a distancia, pero dichos sistemas de control deben cumplir con ciertos requisitos y con las aprobaciones pertinentes como UL o FM. “El problema es que no existen muchos sistemas con estas características disponibles en el mercado”.
Fire security en América Latina
Como en los demás sistemas de seguridad, Latinoamérica ha comenzado a dar pasos en el desarrollo e implementación de tecnologías que brinden a cada uno de los países soluciones seguras que protejan la vida de sus habitantes y sus activos, y que de una forma u otra mejoren sus economías y su desarrollo social. En este caso la seguridad contra incendios no es la excepción, pues como lo mencionamos anteriormente Argentina, México, Brasil, Colombia y Chile ya cuentan, o se están creando sistemas y nomas especiales que regulan el uso y la implementación de este tipo de seguridad.
En la región y gracias al crecimiento de algunas economías el mercado de la seguridad contra incendios tiende a crecer. Hoy en día existen cada vez más inversiones extranjeras en infraestructura como hoteles y edificios inteligentes en donde contar con sistemas inteligentes de detección de incendios es primordial.
Sin embargo la implementación de las tecnologías inalámbricas para el uso de los detectores inteligentes en Latinoamérica no ha sido bien recibida, pues como lo afirman Micali y Luciano el alto costo y el desconocimiento de los profesionales del sector frente a estos detectores inalámbricos hacen que sean poco usados.
Asimismo Mimmo explica que “un buen detector inalámbrico con sus certificaciones es relativamente caro y en América Latina todavía continúa siendo más económico realizar una instalación alámbrica que proponer un sistema inalámbrico de buena calidad; aunque puede resultar interesante mezclar un sistema inalámbrico con un sistema fijo”.
Por su parte, Carlos Zorrilla opina que la implementación y el uso de los detectores inalámbricos en Latinoamérica es muy poco, pues esta tecnología sufre mucho con el tipo de construcción que se hace en la región, ya que en ésta se utiliza acero, concreto, varilla, vidrios reflejantes, mármoles, entre otros, los cuales afectan a la radiofrecuencia, reduciendo su capacidad de recepción y por ende el número de dispositivos que pueden manejar. Por lo anterior, en la actualidad los sistemas inalámbricos son muy caros y poco confiables. No obstante Zorrilla explica que esta tecnología se utiliza cuando el edificio en cuestión es patromonio histórico y no se permite la instalación de ningún tipo de tubería o cableado aparente.
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