El mercado latino de la detección de incendios está presentando crecimientos bastante interesantes; la explosión del sector constructor ha tenido un impacto directo sobre dichas tendencias.
por Julián Arcila
El período comprendido entre mediados de 2006 y el mismo período de 2007 ha estado bastante agitado en lo que respecta a la detección de fuegos en América Latina. El boom constructor en muchos de los países de la región, las grandes inversiones hechas por sectores públicos y privados, y una presumible preocupación por la protección en todos los aspectos, han sido factores decisivos para la dinamización del sector.
A juicio de algunos profesionales y expertos que han estado involucrados en este sector, las demandas y consumos de tecnología de detección de humos e incendios han presentado crecimientos importantes en diversas regiones, debido, además de los factores mencionados en el primer párrafo, al surgimiento de nuevas tendencias en este segmento, impulsadas de algún modo por la “nueva ola” de los edificios inteligentes.
El buen momento está altamente relacionado al buen viento del que ha gozado la economía latina, pero pese a este presente el mercado está aún lejos de madurar, viéndose todavía impactado por el precio; tal situación que ha favorecido la entrada masiva de productos chinos, los cuales no siempre son sinónimo de calidad y soporte técnico. Un hecho alarmante es que se han dado casos en que empresas instaladoras que gozan de buen nombre en la región han optado por instalar equipos de bajo precio para incrementar los márgenes de ganancia en los proyectos.
Brasil y México siguen siendo los motores económicos de la región, sumado esto a incrementos de negocios en otras naciones. Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica y Guatemala, vienen presentando buenos indicadores económicos, más concretamente en lo que se refiere a construcción.
Prueba de ello son las cifras publicadas por el semanario colombiano El Espectador (www.elespectador.com) a finales del año pasado, donde dicen que en casi todos los países latinoamericanos la construcción está avanzando a ritmos superiores al 15%, mientras que en Colombia esta cifra ronda el 6% del PIB nacional.
Así, estas cifras son también buenas para el segmento fuegos, tal como lo dicen los expertos del sector, en el que se pueden observar tasas de crecimiento de entre un 4 y un 10%, dependiendo del segmento. VENTAS DE SEGURIDAD habló con cuatro reconocidos profesionales para intentar un análisis de lo que pasa en este mercado en la región.
Altos y bajos
Dada la relación existente entre sistemas de detección de incendios y la construcción, y la relación entre esta última con la economía, (esta última también altamente dependiente de la estabilidad política), puede inferirse que el segmento de fuegos se vio en algún grado afectado por los movimientos políticos del año pasado en algunos de los países de la región. Son varios los elementos positivos y negativos que registra el mercado latino de la detección de fuegos.
México es quizás el más impactado, pues los gobiernos de este país se toman usualmente algún tiempo para acomodarse y empezar las inversiones en gasto público. Mientras esto ocurre, lo que se pueda hacer en el campo de las nuevas construcciones depende básicamente de las iniciativas privadas, tal como afirmó Carlos Tovilla, gerente de ventas de Securiton para este mercado.
Para Felipe Argüello, CTO (Chief Technology Officer) de Electronics Security & Control, el elemento más positivo es el crecimiento estable del segmento, el cual se ha visto impulsado por el incremento en la demanda de tecnología de seguridad en general. También resaltó el cambio de tendencia en el continente, en donde de ser una simple alternativa, la utilización de la tecnología de fuegos se ha vuelto un requisito. Infortunadamente, el mercado es aún demasiado sensible al precio. Con todo y esto, este profesional afirmó que su compañía tuvo un crecimiento del 50% entre 2006 y lo corrido del 2007.
Pero, el crecimiento estable se ha traducido en mejores cifras para las compañías que participan en el mercado, tal como sucedió con Honeywell, empresa que se pronunció a través de Carlos Zorrilla, gerente regional de ventas para México. Un elemento negativo que citó fue la entrada de productos de baja calidad y la utilización de estos como método de ahorro para el instalador, práctica que casi siempre termina perjudicando al usuario final.
Con lo anterior coincidió Glenn Patrizio, gerente de ventas para Latinoamérica y el Caribe de la firma de representación de marcas LRG, quien aseguró que aunque el mercado presenta crecimientos, hay algunas dificultades asociadas con la demora en los tiempos de entrega y la abundancia de productos venidos de oriente.
Los mejores compradores
Además de México y Brasil, países que siempre se han destacado por ir más adelante en materia de utilización de tecnología y seguimiento de normatividad contra incendios, otras naciones han empezado a despuntar para este negocio. Venezuela también se ha destacado por el desarrollo de su propia normatividad, y sigue estable en cuento a este sector.
Uno de los factores que ha tenido un fuerte impacto en la compra de más tecnologías es la adopción internacional de diversas normatividades. “Para nuestra empresa, los mejores mercados se centran en Argentina, Brasil y México, y en los últimos tiempos Colombia, en este orden rigurosamente, ya que son mercados que ya cuentan con una legislación y normatividad establecida y/o en vías de desarrollo”, afirmó Carlos Tovilla.
Pero Glenn Patrizio afirmó que hubo un crecimiento sostenido en casi todas las naciones, pero destacó las que, según él, siempre han llevado un trabajo constante en esta área: Mexico, Argentina, Chile, Colombia, Venezuela y Brasil. “Ahora, cada día se implantan más regulaciones, gracias a las empresas y organizaciones multinacionales, y gracias a las necesidades de los hombres de seguridad de poner a prueba sus conocimientos. Los segmentos más eficientes son el petrolero, industrial y hotelero. Aún falta mucho que hacer en materia hospitalaria y comercial”, señaló.
Felipe Argüello coincidió con Patrizio en el nombramiento de dichos países (no citó a Chile ni a Venezuela); como los mejores mercados y como los mejores sectores nombró al comercio y a la industria (petróleos y químicos). También destacó los sectores del transporte (aeropuertos) y el gubernamental como buenas fuentes de inversión para el segmento de fuegos.
“Tanto en México, Brasil y Argentina se observa presencia local de los mayores fabricantes de incendio con oficinas y hasta fabricación y/o ensamblaje de sus dispositivos en esos países. Algunos de los fabricantes que se destacan son; Tyco, Siemens y System Sensor. Vemos también que en esos países existe una distribución consolidada de los mayores fabricantes de Incendio. Los países andinos como Colombia Venezuela, Perú y Ecuador se mantienen estables en cuanto a la demanda”, explicó Argüello.
Pero hay otro mercado interesante, o por lo menos así lo dejó entrever Carlos Zorrilla: Panamá. Junto con México y Colombia, esta nación ha ido destacándose, gracias a las inversiones en nuevos proyectos habitacionales y comerciales. “Los segmentos que han estado aumentando su demanda en este tipo de tecnología son el ramo hotelero; industrial, en el caso de las grandes petroleras, petroquímicas, farmacéuticas, y en los edificios para renta de oficinas de alto nivel”, aseguró.
El cliente busca...
En el segmento de fuegos, la tecnología, al igual que en otros sectores, ha presentado importante avances hacia la simplificación del trabajo e incremento de las condiciones de la seguridad. Este medio consultó a los profesionales sobre este tema y son varias las preferencias y necesidades que se han detectado en el mercado. El término “inteligencia” sigue tomando fuerza, al igual que el concepto de redes.
En la opinión de Argüello, los cambios de tendencia que se han presentado en el mercado obedecen a cambios de tecnología, es decir que las empresas que fabricaban cierto tipo de equipos han cambiado a dispositivos más modernos, obligando a la migración de la industria. “El mercado Latinoamericano comienza a apartarse del uso de detectores de humo por ionización debido al miedo de contaminación con el material radioactivo (Americio 241) presente en la cámaras de detección de estos detectores y debido a que muchos fabricantes comenzaron a descontinuar la fabricación de este tipo de equipos. Lo anterior ha permitido que la demanda de detectores de humo fotoeléctricos combinados con detectores térmicos se haya incrementado, como alternativa de reemplazo de los detectores iónicos”, afirmó.
Agregó que otro elemento que ha modificado el mapa de demanda de esta tecnología es la necesidad, cada vez más creciente, de eliminar las falsas alarmas, situación que ha favorecido la adquisición de detectores de humo inteligentes (analógicos/direccionables) que permiten ajustar el grado de sensibilidad, compensarla automáticamente y programar diferentes perfiles y condiciones de ambiente predeterminadas.
Patrizio se aproximó a la posición de Argüello, en lo que respecta a los sistemas inteligentes y anotó que sin duda son la tendencia del mercado. Los convencionales aún son los más utilizados en negocios medianos y pequeños. “La razón esta implícita en las propias condiciones que definen un sistema de este tipo: confiabilidad y rapidez en la detección efectiva. Esto ha permitido una reducción de costos de tal manera que la mejor evaluación sería: un mercado más educado que desea minimizar las fallas y mejorar el rendimiento de los sistemas”, anotó.
Entre tanto, para Carlos Tovilla, lo que está mandando en el mercado y ganándose la preferencia de los compradores son los sistemas de detección temprana, particularmente para centros de cómputo y almacenes de grandes dimensiones; los sistemas inteligentes también se han destacado, según explicó este profesional. “Los clientes se están orientando hacia la detección temprana para evitar daños o efectos de grandes dimensiones, en los cuales el empresario o dueño del inmueble es el gran perdedor; algunas informaciones de las agencias de seguros indican que el 95% de las industrias siniestradas cierran sus puertas a los dos años como máximo, ya que su reactivación lenta y paulatina le hacen perder el mercado. Sólo el 5% de estas empresas retoman su cartera de clientes y logran desarrollar nuevos mercados y mantenerse activos”, dijo.
Un elemento en el que hay que pensar a futuro es la falta de regulaciones locales para productos. En los países desarrollados hay normativas que impiden que productos que no estén certificados por UL o FM se utilicen. Pues bien, esta es una falencia en América Latina que ha permitido que el mercado se inunde de productos no certificados, casi siempre fabricados en oriente, los cuales desconfiguran el mercado y lo mantienen en una posición de inmadurez tecnológica.
Unas de cal y otras de arena
Uno de los elementos más importantes de un mercado cuando se está enfocando a la tecnología es el conocimiento y las posibilidades que tengan sus profesionales para acceder a la información técnica producida por asociaciones y expertos. Los profesionales entrevistados no tienen una posición uniforme frente a este tópico, pues si bien es cierto que falta trabajar más en lo concerniente a la capacitación en información, lo positivo es que los pocos datos recabados han sido fundamentales para que el mercado modifique la demanda y por consiguiente que las empresas tengan que modificar su oferta.
Glenn Patrizio es uno de los que se inclina por lo anterior. Según comentó, el usuario ha adquirido un grado tal de conocimiento que ha llevado a que empresas que antes no cumplían con las normativas internacionales, lo hagan. Anotó que es la misma competencia la que ha facilitado la divulgación del conocimiento entre los integradores, además de que los productos en la actualidad se prestan más para una fácil instalación y operación.
Argüello corroboró lo anterior cuando afirmó que “el mercado sigue avanzando en cuanto a la adquisición de conocimientos, desarrollo de regulaciones locales y certificación de ingenieros y técnicos. Vemos pues el avance de la NFPA y su Sección Latinoamericana pues ha creado capítulos locales en varios países de América Latina y el Caribe, traduciendo y proveyendo mayor cantidad de normas y códigos, y certificando mayor cantidad de profesionales de incendio a través de la certificación CEPI”. Adicional a lo anterior –anotó– los fabricantes de soluciones contra incendio se han sensibilizado con respecto a la necesidad de suministrar más información y organizar programas de certificaciones.
En contraste, Tovilla no se mostró tan optimista frente a las posibilidades de acceso a la información en Latinoamérica. Según dijo, no hay tanta claridad frente a los conceptos del software y hardware que se utiliza en la implementación de un sistema de detección de incendios. Como elemento positivo destacó la posibilidad que ofrece la Internet para que los técnicos e integradores conozcan las características de cada tecnología.
Zorrilla coincidió en algún grado con Carlos y afirmó que si bien se está observando una mayor conciencia por adaptar las normatividades internacionales de asociaciones como la NFPA, por otro lado lo que se percibe es un relativamente bajo conocimiento para el diseño y/o programación de sistemas de detección de incendios. En contraste, aseguró que hay más información disponible que se ofrece en formas de ferias, congresos, y seminarios, entre otros.
Pero mirando el conjunto de las características que ofrece el mercado latino, es bastante interesante y positivo que se haya incrementado la demanda, pues esto es una señal de que cada día hay más instituciones y actores interesados en implementar dichas tecnologías, incrementando así el grado de protección de las edificaciones en la región.
No obstante, aún existen aspectos por mejorar, como la preocupación de la región por el precio. En la medida en que se desarrollen más jornadas informativas para educar a los consumidores frente a los diferentes fenómenos que llenan a diario el mercado, el usuario final estará en la capacidad de hacer mejores elecciones, algo que beneficiará a los fabricantes. Una ecuación que nunca se debe olvidar es que en el mundo de los negocios conocimiento es igual a utilidades.
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