Internacional. La Inteligencia Artificial (IA) como herramienta estratégica para la prevención del cambio climático tiene muchas aplicaciones, dentro de ellas destaca está su usabilidad en videovigilancia para reducir los niveles de CO2 controlando el parque automotor.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), un organismo de las Naciones Unidas (ONU) que evalúa la ciencia del cambio climático, afirma que “una reducción fuerte y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero limitaría el cambio climático”. Según la ONU desde el 2010 las emisiones de gases que causan el calentamiento global han registrado un crecimiento promedio anual del 1,3 %. Para 2019 el aumento fue más pronunciado “llegó a un 2,6% debido al gran aumento de incendios forestales”. Situación que, si bien se vio disminuida temporalmente por los efectos de la pandemia, siguió su curso.
Así pues, los responsables de la administración en las ciudades y de las empresas deben invertir en tecnología que cubran las necesidades de vigilancia y logística, a la vez que impulsen la adopción de medidas sostenibles. En ejemplo de esto son las soluciones de seguridad inteligentes basadas en video, mediante las cuales se hace posible minimizar la congestión vehicular, contribuir a un desplazamiento seguro y cómodo, como reducir el impacto de los gases emitidos por los vehículos.
Tal es el caso de las cámaras inteligentes dotadas con IA, como las Wisenet AI de Hanwha Techwin, capaces de detectar y clasificar diferentes modelos de vehículos, para ayudar en la identificación de aquellos que superen los niveles permitidos de emisiones o que por motivos técnicos no deben circular. Además, hacen diferenciación de bicicletas, motos, carros y camiones, permitiendo a los operadores controlar el paso de determinados medios de transporte por una zona y limitar otros.
Asimismo, permite supervisar el nivel de congestión en calles y carreteras para redirigir el tráfico a rutas alternativas, en caso de atascos. Más aún, la IA puede alertar a los operadores de posibles accidentes, permitiéndoles tomar medidas y evitar que la congestión empeore. Al mismo tiempo, las actualizaciones y los cierres se pueden comunicar a los conductores a través de pantallas digitales integradas colocadas a lo largo de una ruta.
Otras ventajas
En caso de que se sume, a la videovigilancia con Inteligencia Artificial, aplicaciones como el reconocimiento automático de matrículas (ANPR) se magnifican las funciones. Ayuda de forma automática al estacionamiento de vehículos, incluso sirve para aplicar sanciones por aparcar en un lugar indebido y en la vigilancia de actos peligrosos en la conducción. Igualmente, otro beneficio es la reducción de tiempos de espera para que se levante una barrera, se emita una multa o certificado, tal es el caso de estacionamientos públicos o privados y los peajes en carreteras.
Con la IA de Wisenet Road (que se ejecuta en determinadas cámaras 4K de la serie P de Wisenet), estos avances están al alcance de la administración de la ciudades. Pues se puede combinar sus funciones con otros datos, como la afluencia de peatones y los sensores de calidad del aire, para hacer revisiones estratégicas de la movilidad y reducir la contaminación a la que se exponen los ciudadanos. Se podría incluso analizar el impacto de una nueva carretera para ver si ha aumentado o reducido las emisiones de carbono.
Finalmente, es importante entender que, A largo plazo, los datos generados por las cámaras que cuentan con IA pueden utilizarse para desarrollar carreteras y plazas de aparcamiento más eficientes. Así como analizar el uso de las zonas y rutas para establecer las más populares, ampliar o restringir el acceso. En pocas palabras, tomar decisiones en función de la conservación ambiental.
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