Internacional. La subversión cibernética (propaganda en línea y piratería que intenta deliberadamente socavar la autoridad de los líderes políticos) representa la mayor amenaza para la estabilidad del estado, según el analista GlobalData.
El informe señala que, si bien no es activamente destructiva, la subversión cibernética requiere la menor competencia tecnológica para implementar y mantener, y no se suele considerar al desarrollar capacidades de disuasión y políticas cibernéticas.
Emilio Campa, analista temático de GlobalData, comenta: “Cuando se habla de ciberseguridad, las amenazas tradicionales como el robo de datos y la interrupción operativa vienen a la mente con mayor facilidad. Sin embargo, este tipo de ataques requieren altos niveles de organización para implementar y mantener, así como un cierto nivel de competencia técnica. Por el contrario, la subversión cibernética existe durante períodos prolongados en Internet con un mantenimiento mínimo. Si tiene éxito, puede socavar la confianza en la autoridad y la competencia de los líderes políticos".
Un ejemplo obvio de subversión cibernética fue el papel de Rusia en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 y 2020. El objetivo era socavar el apoyo al proceso democrático y denigrar a los candidatos del Partido Demócrata. En algunos estados de EE.UU., un pequeño cambio en el comportamiento de la votación es suficiente para afectar el resultado final, y la acción subversiva puede causar ese cambio. Las diversas campañas de desinformación en torno a los recientes lanzamientos de vacunas también son un ejemplo de intentos de socavar la fe en las operaciones respaldadas por el gobierno.
Campa continúa: “Los Estados deben ser conscientes de este tipo de amenazas, ya que se ha descubierto el potencial subversivo de las operaciones cibernéticas. El espionaje, el sabotaje y la subversión han sido tácticas convencionales en el combate físico durante miles de años: Saber lo que sabe tu enemigo, sacar su infraestructura clave y socavar su sistema político siempre han sido estrategias favorecidas para derrotar a los oponentes. Estas tácticas ahora se han trasladado al ciberespacio, y es la amenaza cibernética la que requiere la menor competencia tecnológica para implementar y mantener ".
La gama de posibles ataques solo ha crecido con la interconexión del Internet de las cosas (IoT).
Campa agrega: “Ahora todo está conectado, lo que significa que las empresas tienen debilidades potenciales adicionales que necesitan una defensa constante. Todo lo que los atacantes deben hacer es encontrar una pequeña brecha que se ha dejado sin vigilancia en estas redes cada vez más vastas. Además, en esta era globalizada, las iniciativas cibernéticas subversivas pueden provenir de cualquier lugar. Estas campañas pueden ser reactivas a los eventos actuales de una manera que los ciberataques tradicionales no pueden. También requieren menos poder tecnológico y comprensión para implementar y pueden combinarse con otros ciberataques para maximizar su impacto. Todo esto hace que la subversión cibernética sea una amenaza más peligrosa para los estados modernos que los ataques cibernéticos tradicionales.
“Es imperativo que los estados sean conscientes de esta amenaza y se aseguren de estar preparados. Esto puede ser mediante la expansión de las capacidades de disuasión o el desarrollo de una política cibernética global. Sin estrategias efectivas para prevenirlos, la amenaza potencial de la subversión cibernética solo aumentará".
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