Internacional. Axis communications celebró la semana anterior el aniversario número 25 de la primera cámara IP del mundo, una idea de Martin Gren, cofundador de Axis, y de Carl-Axel Alm, ingeniero de la marca.
El 17 de septiembre de 1996 en Atlanta, justo después de los Juegos Olímpicos, vio la luz el resultado de tanto trabajo: se presentó la primera cámara de red de la historia: la “NetEye”, la cámara de red AXIS 200.
Pero, ¿quién fue el primer cliente? “Teníamos un modelo de negocio indirecto, pero igualmente recibíamos llamadas de asistencia técnica y leads de usuarios finales. La primera llamada que recibimos fue ni más ni menos que de Steve Wozniak, uno de los dos fundadores de Apple. Resultó que tenía un buen plantel de AXIS 200”, explica Martin.
Sensaciones y momentos reveladores
Muchos grandes inventos destinados a romper moldes chocan al principio con la incomprensión, y la primera cámara de red no fue una excepción. “Hubo dos momentos que me ayudaron a darme cuenta de que teníamos algo grande entre manos. El primero fue cuando visitamos la feria IFSECI en Inglaterra durante la primavera de 1996, antes del lanzamiento de la AXIS 200. Allí vimos que todo era analógico. Había dos opciones: o el sector seguía con la senda analógica o es que estábamos ante algo realmente importante. El segundo momento fue en la misma feria en 1998 cuando presentamos la cámara y vimos claramente que la gente nos infravaloraba. Pensaban que nos habíamos equivocado de feria y que estábamos produciendo cámaras web de bajo coste”.
Posteriormente, Axis empezó a cerrar más y más tratos, lo que fue una inyección de confianza para el equipo. En este contexto, la compañía decidió invertir en el desarrollo del primer chip del sector diseñado específicamente para cámaras de red, el chip ARTPEC-1, que significa Axis Real Time Picture Encoding Chip. El nombre fue acuñado por uno de los empleados del departamento de marketing de Axis en Boston
La historia detrás del primer diseño
El singular diseño de la cámara fue otro de los motivos por los que la cámara acaparó tantas miradas, ya que no tenía líneas rectangulares, como todas las cámaras de esa época. Este peculiar diseño tuvo efectos colaterales. “Sus líneas eran fantásticas y catastróficas al mismo tiempo. Eran fantásticas porque nos catapultaron a la portada de muchas revistas de informática, al ser tan diferentes. Y eran catastróficas, porque nos costó horrores encontrar una carcasa que encajara con la cámara”, cuenta Carl-Axel.
“Vivimos una anécdota graciosa cuando la cámara ya estaba en el mercado —explica Martin—. Uno de los técnicos del servicio de asistencia, Kettil, recibió la llamada de un cliente que había instalado una AXIS 200 en una pista de esquí y la cámara no funcionaba. En esa época, teníamos problemas para encontrar una carcasa que encajara con la cámara, como ha contado Carl-Axel. Kettil le preguntó al cliente qué temperatura tenían, y el cliente le dijo que estaban a -22 ºC. Kettil quiso saber entonces qué tipo de carcasa usaba, a lo que el cliente respondió: '¿Carcasa? ¿Qué carcasa?' 'Bueno... tiene que usar una carcasa si va a colocar la cámara fuera...'”.
Escuchando las palabras de los dos inventores, queda clara su pasión por lo que hacen. “Llevo en Axis más de 25 años y he visto nacer las cámaras térmicas, las cámaras modulares y el radar. Sigo siendo un ingeniero de desarrollo, porque no dejo de tener esa vena de inventor chiflado. Desarrollar cosas nuevas e interesantes es lo que me motiva. Cosas que puedan venderse a gran escala. No me gusta desarrollar productos solo por capricho, sino soluciones buenas y que los clientes aprecien”, reflexiona Carl-Axel con una sonrisa en la boca.