Una vacuna para la obsolescencia de los actuales sistemas de control de acceso.
Por Alan Josué Vázquez Zárraga*
Labor titánica resulta, si nos detenemos un momento a analizarlo, diseñar, planificar y construir un aeropuerto. Los miles de metros cuadrados sobre los que se distribuyen numerosas salas, pistas, túneles, torres, tiendas y restaurantes son reflejo de un trabajo magistral para eregir tal edificación.
No obstante, como de ello nos habremos percatado muchos al viajar en transporte aéreo, aún más impresionantes resultan las labores posteriores a la construcción de cualquier aeropuerto: la gestión y administración de sus procesos implica una impecable coordinación de esfuerzos que, debido a su complejidad, se vuelven actividades casi heroicas.
Y es que una construcción diseñada para albergar las 24 horas del día durante los 7 días de la semana a un gran número de personas en constante movimiento necesita contar con un sistema que le facilite al personal aeroportuario mantener un adecuado control sobre los procesos que suceden en su interior y, sobre todo, que garantice la seguridad de los usuarios. Es por ello que la implementación de un sistema de control de acceso es una medida obligada en la industria aeroportuaria.
Un sistema de control de acceso es un mecanismo que, más allá de mantener un control sobre las entradas y salidas de las multitudes que circulan cada día por los diferentes espacios de un aeropuerto (incluyendo zonas de tierra, de aire, comerciales, etc.), maximiza la experiencia de los usuarios al brindarles una sensación de orden, eficiencia y, sobre todo, de protección.
Torniquetes, escáneres, arcos detectores y cámaras de videovigilancia (CCTV) son algunos de los filtros de seguridad utilizados actualmente en aeropuertos para detectar e impedir el ingreso de objetos peligrosos y de criminales identificados, además de personal aeroportuario de seguridad que se encarga de verificar la coincidencia entre los documentos requeridos en cada zona de acceso y el pasajero que pretende embarcar.
Sin embargo, aunque este tipo de sistemas de control de acceso han funcionado sin mayor problema durante décadas, el imparable avance de la tecnología ofrece día con día un amplio y actualizado abanico de soluciones que dan respuesta a las demandas de cada industria, incluyendo la aeroportuaria. Es por esto que el prevaleciente modelo de seguridad y control de acceso implementado en aeropuertos comienza a rayar en la obsolescencia.
Obsolescencia en control de acceso
Para comprender mejor lo anterior, basta con observar los datos expuestos por la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) en su comunicado número 59, donde se pronostica que para el año 2035 el número de pasajeros ascenderá a 7 mil 200 millones, es decir, casi el doble de los registrados en 2016. Entonces, si actualmente resulta un verdadero reto para las administraciones aeroportuarias mantener viento en popa su industria en cuestión de control, gestión y seguridad, ¿cómo visualizar un futuro donde se siga utilizando la misma tecnología para fines de control de acceso?
Es más que pertinente una reconfiguración en los mecanismos de la industria aeroportuaria latinoamericana, urgiendo la implementación de nuevas tecnologías que optimicen tiempos de acceso en aeropuertos y maximicen la seguridad de los usuarios. Afortunadamente, hoy en día existe un tipo de solución que, integrada a los dispositivos de control de acceso mencionados, atiende perfectamente sus demandas: los sistemas de gestión de identidad con tecnología biométrica.
A diferencia de las tarjetas de proximidad o de las tarjetas inteligentes, instrumentos cada vez más utilizados para el control de acceso en aeropuertos a nivel mundial, un sistema de gestión de identidad utiliza tecnología biométrica para controlar las entradas y salidas de usuarios y personal de un aeropuerto; esto es, mediante un lector biométrico que registra y almacena la información biométrica de una persona (huellas dactilares, captura de iris o captura de rasgos faciales) para su posterior identificación y autenticación en áreas de acceso controlado.
¿Y qué significa esto?
Que una vez registrada la información biométrica de los pasajeros (fase de enrolamiento), no necesitan más que colocar sus dedos, ojos o rostros (según la biometría enrolada) ante un lector biométrico para poder atravesar todos los filtros de seguridad correspondientes al proceso de embarcación sin necesidad de detenerse a comprobar su identidad mediante documentos de identificación, eliminando así operaciones engorrosas que sólo entorpecen el flujo de los pasajeros.
De igual forma, los sistemas de control de acceso que integran un sistema de gestión de identidad con tecnología biométrica, atienden de manera específica el tema de seguridad aeroportuaria. Además de asegurar las zonas restringidas del edificio, permitiendo su acceso únicamente a personal autorizado (ya que los niveles de acceso otorgados a los pasajeros no son los mismos que se se adjudican al personal), esta integración de tecnologías permite, en coordinación con las instancias correspondientes, la identificación y reconocimiento de criminales y posibles criminales de manera inmediata y con un alto grado de confiabilidad.
Es tal la eficiencia comprobada de este tipo de tecnología que países como España, Paraguay, Perú, Singapur, Países Bajos y Australia han optado por remplazar sus antiguos modelos de seguridad aeroportuaria por sistemas de control de acceso integrados con tecnología biométrica.
Es imprescindible priorizar, particularmente en una industria que implica gestionar una gran cantidad de personas como es el caso de la industria aeroportuaria, el impacto que provocan las soluciones implementadas en el usuario final.
Es por esto que Ixmaki, el Sistema de Gestión de Identidad fabricado e implementado por Sissa Monitoring Integral, tiene como objetivo maximizar la experiencia de todas aquellas personas que interactúan con dicha solución. Su tecnología probada de manera exitosa en Centros Federales de Readaptación Social y adaptable a cualquier entorno, permite que los usuarios obtengan una impresión positiva y satisfactoria sobre sus servicios. Generar un sentimiento de comodidad y tranquilidad en los usuarios, también les generará un sentimiento de aceptación y fidelización.
Los sistemas de control de acceso en aeropuertos, más allá de controlar las entradas y salidas de sus instalaciones, tienen la obligación de atender las necesidades de los usuarios en primera instancia, lo cual, como ya hemos dado cuenta de ello, no se puede lograr de mejor manera que con la integración de un sistema de gestión de identidad con tecnología biométrica.
* Alan Josué Vázquez Zárraga es representante de la empresa Sissa Monitoring Integral.
Deje su comentario