Argentina. La industria de seguridad electrónica, que cerró 2012 con un volumen de negocios cercano a los US$500 millones y un crecimiento de más del 20% respecto a 2011, inició un proceso de sustitución de importaciones con la fabricación de componentes locales.
El mercado de la seguridad electrónica incluye tradicionalmente productos con desarrollo tecnológicos de importación. La decisión del Gobierno de limitar las importaciones amplió aun más las políticas de protección de las que ya gozaba el sector, que asegura haber iniciados procesos de producción locales de algunos componentes que justifican esas políticas.
Enrique Greenberg, presidente de la Cámara de Seguridad Electrónica (Casel), aseveró que “en este proceso ya se están desarrollando detectores sísmicos, videograbadoras digitales, molinetes para control de acceso, software para sistema de monitoreo y relojes de identificación biométrica”.
“Se trata de productos que antes se importaban casi en su totalidad y que a partir de este año (2012) surgieron los primeros desarrollos de algunos de los productos que utiliza la industria, pero que requieren un tiempo de maduración”, dijo el directivo.
Como todos los dispositivos del rubro demandan importar componentes electrónicos, se transforma en un sector de tecnología dinámica que requiere una escala de producción, de inversión y desarrollo e innovación que dificultan contar con componentes nacionales.
“En algunos rubros, lamentablemente, no tenemos ni escala de mercado ni tecnología aplicada para fabricar algunos sistemas que además requieren importantes inversiones que sólo se amortizan con grandes líneas de producción”, explicó Greenberg.
El director sostuvo que esto último “no impide avanzar en una mayor integración de componentes locales”.
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