Panamá. Algo muy importante está pasando en Panamá. El istmo no solo es el líder absoluto en crecimiento económico en América Latina, sino que además lo está haciendo con tasas superiores a las de China: 10,8 por ciento en el 2011 y 10,5 por ciento en este 2012, según cifras de la Cepal.
Para entender lo que significa esto, baste con recordar –además del contexto internacional– que el crecimiento promedio de América Latina será de 3,1 por ciento este año: tres veces menos que el de Panamá.
Lo más interesante del fenómeno es que no se trata de un ‘momentum’, sino de una constante que ya lleva sus años. El Sindicato de Industriales de Panamá (SIP) subraya que el PIB panameño ha crecido un 77,5 por ciento en los últimos siete años. Y en PIB per cápita, Panamá es la cuarta economía más rica de nuestra región, con 15.266 dólares por habitante: solo la superan Chile (18.354), Uruguay (15,840) y México (15.300).
Pero hay más: según el Banco Mundial, la economía de Panamá ha sido una de las 20 que más han crecido en el mundo en los últimos cinco años; y a la luz del Índice Global de Competitividad, este país ya es el segundo país más competitivo de América Latina, después de Chile.
Juan Alberto Fuentes, director de la División de Desarrollo Económico de la Cepal, dice que buena parte de lo que está pasando en esta nación de solo 3,6 millones de habitantes se debe a que hay “una visión de largo plazo clara y una “notable continuidad en las políticas”. Y que si bien la millonaria inversión para ampliar y modernizar la principal carta geoestratégica de Panamá, su canal interoceánico, ha sido clave, esto se ha complementado con una fuerte apuesta por la inversión foránea, una economía enfocada a los servicios cada vez más diversificada, ampliación de los tratados de libre comercio, y a un papel cada vez más activo de los sectores público y privado en el desarrollo de infraestructuras que mejoran la competitividad del país.
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