El Centro de Control tomado como punto neurálgico de las operaciones de protección y salvaguarda, es un sitio estratégico que no está ausente de ataques o errores cometidos por sus propios operarios y directores, que le lleven a un punto de crisis. Nuestro experto invitado nos habla de su experiencia internacional y de lecciones aplicables para el día a día.
En Costa Rica, principalmente en el sector bancario han venido evolucionando durante los últimos años, algunos conceptos de seguridad tanto de los centros de control, como en sus procedimientos de operación, que hacen primordial la creación e implementación de políticas, normas y procedimientos operacionales.
La tecnología ha experimentado una verdadera revolución en cuanto a su uso en materia de seguridad y las diferentes modalidades existentes. En general, se pueden determinar cuatro categorías de acción: casera, comercial, profesional e industrial. En esta última se incluyen entidades gubernamentales, gobiernos locales, empresas de seguridad privadas, entidades públicas y privadas, bancos, mutuales, diferentes entes policiales, juzgados, supermercados, locales pequeños y residenciales.
Estos equipos de seguridad operan las 24 horas del día, los siete días de la semana, y dependen de expertos en seguridad para determinar el soporte y el respaldo con un servicio óptimo, que cumpla con las necesidades establecidas. Todo esquema de seguridad que involucre el uso de tecnologías como alarmas, control de acceso, circuito cerrado de televisión (CCTV) y medios de comunicación y automatización debe ser analizado desde el punto de vista del contexto y su función en una organización.
El centro de control (CC) desde donde se maneje todo el equipo de seguridad debe contar con una ubicación estratégica, que dependerá de la misión de la entidad, de la protección que se le debe dar y del perfil de los operadores. Además deberá considerar la capacitación de éstos y los conocimientos en los aspectos técnicos, como el cableado, grabadores digitales, cámaras, domos, matrices, alarmas, sensores, sistemas de evacuación vía puertas de emergencia automáticas, etcétera.
Integración
Un aspecto importante ha sido la integración con otros CC, lo cual ha permitido mejorar y formalizar los aportes y apoyos que se les pueden brindar a las autoridades administrativas y judiciales, y coadyuvar en la protección de las entidades financieras, por ejemplo en la prevención de ilícitos y los seguimientos de investigación, al proporcionar muchas veces elementos idóneos que pueden constituir indicios o pruebas que demuestren conductas antisociales que permitan la identificación y detección de los responsables de estas conductas.
Las funciones y los conocimientos que los operadores deben tener en cuanto a seguridad y uso de la tecnología está en constante aumento, por lo que una capacitación continua es un pilar fundamental de una buena labor. Los esquemas de integración de equipos de seguridad y la administración de videos analíticos exigen aplicar estándares e incorporar en su operación las mejores prácticas internacionales con personal debidamente entrenado.
No obstante, a pesar de que todo este tipo de conocimientos y aspectos como los equipos y los operadores son muy importantes para que el centro de control funcione adecuadamente, un elemento medular son las políticas, es decir, las normas y procedimientos de seguridad operativa en un Centro de Control, las cuales deben estar aprobadas por el nivel más alto de la organización.
Este es el elemento fundamental, prácticamente el de mayor importancia en todo el esquema de los sistemas electrónicos de seguridad. Se podría decir que es el objetivo de una filosofía de prevención y de protección en las entidades financieras en la actualidad.
Resultados
Los resultados que esperan los directores, socios o dueños de las entidades que confiaron y realizaron las inversiones en los equipos pueden verse afectados por el más mínimo error operacional que se presente, y esto puede significar una mala experiencia y grandes pérdidas económicas. Por lo tanto, el implementar este tipo de normativas permite trabajar con el objetivo de evitar o minimizar situaciones por las que pueda verse afectada la imagen de la seguridad y aumentar el profesionalismo en esta función.
En Costa Rica, al igual que en muchos países en Latinoamérica, una de las principales problemáticas es la falta de legislación que regule el uso (bueno o malo) de la tecnología en el campo de la seguridad, aspecto que en el futuro se debe desarrollar para evitarnos muchos problemas con los colaboradores, con nuestros jefes, con los socios, con la sociedad y hasta con la justicia. Por el momento, debemos verlo como un concepto de autorregulación y, en esta misma normativa, incluir puntos en este aspecto que respalden nuestras acciones.
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