Por: Adriano Bianchi
La furiosa (y tardía) incursión de los políticos argentinos en Twitter ya comenzó a generar los primeros dolores de cabeza para funcionarios, legisladores y dirigentes. En los últimos tiempos varios resultaron víctimas de hackers o dobles que ingresan con sus cuentas y los dejan mal parados frente a sus seguidores.
Desde entusiastas de la red de microblogging como Héctor Timerman, pasando por Mauricio Macri y su gabinete PRO, pioneros en comunicar a través de internet, hasta novatos como, Cristina de Kirchner, que está haciendo sus primeras armas, todos están bajo la amenaza constante de sufrir un ciberataque.
El caso más reciente tiene como víctima al gobernador de San Juan, José Luis Gioja, quien sufrió el robo de su perfil de Twitter, y desde donde salieron una lista de improperios irreproducibles hacia seguidores (followers) del mandatario provincial.
Este hecho reinstala el debate sobre los peligros y recaudos que debe tomar la clase política a la hora de utilizar las redes sociales. En este sentido, ambito.com consultó a un experto en seguridad que brinda algunos tips para evitar papelones comunicacionales en la web.
«El punto más importante es utilizar siempre contraseñas seguras y nunca cederlas a terceros», asegura Marcelo Pizani, experto en seguridad informática. Además, aconseja tener «mucho cuidado de no manejar las mismas contraseñas para múltiples servicios».
«Otra clave es no ingresar a ningún enlace a través de las redes sociales, incluso si provienen de seguidores o amigos ya que es frecuente que estos links lleven a webs maliciosas donde intentarán robarle las credenciales de acceso al servicio de microblogging», agregó.
En el caso puntual de Gioja, un asesor relató: «Todo comenzó por la mañana, empezamos a recibir noticias de que desde el Twitter del gobernador (@joseluisgioja) estaban insultando a periodistas de medios nacionales y a gente en general». «Tuvo que ser alguien de afuera, porque el Twitter lo maneja el gobernador y dos personas de confianza que lo ayudan», agregó el colaborador del gobernador de San Juan.
Un episodio similar le tocó vivir a Eduardo Duhalde en su espacio oficial @eaduhalde. En ese momento, el «Grupo de Apoyo Comunicacional» del bonaerense informó de «una sustracción de identidad» que «provocó un perjuicio casi irreparable en las comunicaciones del Dr. Eduardo Duhalde con los medios de comunicación».
También Gabriela Michetti tuvo inconvenientes. Su asesora en la materia comentó que la diputada sufrió la duplicación de su cuenta en Twitter. «Alguien utilizó el nombre @Gabimichetti, el cual nosotros tenemos certificado (verificación que realiza la empresa de la identidad del usuario). Cuando lo detectamos, solicitamos a la empresa que dieran de baja la cuenta, lo cual sucedió a la brevedad», comentó.
Desde el entorno de Federico Pinedo, otro asiduo usuario del microblogging, también trabajaron para certificar la cuenta del diputado «para que sea la única oficial». No obstante, aseguran que no hay forma de obtener «absolutas garantías contra los hackers, pero llegado el caso de algún incidente, se trabaja con diputados y el Gobierno de la Ciudad para comunicar cuanto antes que la cuenta fue robada».
La contracara es el piquetero Luis DElía, a quien «no le importa si alguien duplica su identidad o roba su cuenta porque todos sus seguidores y los medios de comunicación saben quién es y cómo comunica», según afirmó su asistente para redes sociales.
En Mendoza, un hacker atormentó durante largo tiempo al gobierno provincial, atacando diversas páginas oficiales. Luego de una investigación, la Policía cuyana detectó y allanó ayer la casa de un joven de 18 años en la localidad de Maipú, acusado de ser el autor de los ciberdelitos.
Otros casos resonantes fueron los de la diputada Cynthia Hotton, del monobloque Valores para mi País, quien sufrió un ataque en Facebook, por el cual se relacionó su imagen con la de una esvástica nazi. También la web oficial de la Ciudad de Buenos Aires fue víctima de hackers, así como las páginas del Frente para la Victoria y el INADI entre muchas otras.
Debido a que se trata de un servicio internacional sin límites y que por el momento no rige ninguna legislación que la abarque o contemple en su totalidad, es complejo intentar acudir a la Justicia local para efectuar denuncias por robo de identidad en Twitter o en otras redes sociales.
«Ninguna consecuencia de un ciberataque es agradable, lo importante en esos casos es tener mucha velocidad para detectarlo, revertirlo y comunicarlo, para que la gente sepa que la cuenta o página no está bajo el control del verdadero dueño», indican desde la Secretaría de Medios del Gobierno de la Ciudad, distrito que si bien fue pionero en comunicar desde internet, también ha tenido malas experiencias.
Fuente: Ambito
Authors: Noticias de Seguridad Informática
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