Los ataques virtuales más conocidos se están filtrando a grandes reds bancarias, haciendo que miles de personas y compañías pierdan sus ahorros o fondos respectivamente.
Para poner un ejemplo se presentarán dos casos, donde la seguridad informática se ha visto vulnerada, dejando como saldo un gran daño en la vida real de los individuos.
En un banco de Nueva York se perdieron datos por los que 4.5 millones de personas fueron puestas en riesgo, lo que no es inusual debido a que las instituciones financieras y otro tipo de compañías envían cintas de respaldo sin encriptar a lo largo de proveedores comunes y en algunos casos por correo postal.
De acuerdo a la organización sobre los derechos de la privacidad, más de 216 millones de registros privados fueron sustraídos solamente en los Estados Unidos en el período 2005-2007. Los eventos de seguridad en IT del tipo ordinario, los cuales pueden afectar a empleados de una determinada organización son totalmente opuestos en su magnitud a los datos expuestos de los consumidores, que pueden impactar y afectar a millones de individuos a lo largo del mundo.
Así como el caso del banco, también en Estados Unidos se produjo un robo de identidad a Paul E. Jones a quien le fueron clonados su documento de identidad y número de seguro social y quien los obtuvo creó un documento falso de empleo. Adicionalmente se presentaron tres emisiones de documentos falsos a tres personas diferentes y con estos los criminales obtuvieron datos tarjetas de crédito y otros.
Es sorprendente el alance que tienen los delincuentes para hacer de las suyas y lo más peligroso es que no se sabe cuáles son los delitos que se cometerán con las clonaciones de identidad.
En concordancia con lo dicho en la Guía de Protección de la Organización FTC, existen diferentes maneras de hurto de información tanto física como virtual, por lo anterior los individuos deben tener en cuenta que los delincuentes buscan en las basuras facturas u otros papeles que contengan información personal, roban claves de las tarjetas de débito o crédito a través de un dispositivo especial del almacenamiento de datos al procesar la tarjeta y también por medio de correos electrónicos y páginas web. Asimismo, desvían su correspondencia completando un formulario de “cambio de dirección” y roban billeteras, monederos y correspondencia, incluidos los resúmenes bancarios y crediticios, las ofertas crediticias pre-aprobadas, cheques o información impositiva.
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