Polifacético, amante de la velocidad y los autos, profesional de la seguridad electrónica, independiente, padre de familia y psicorrígido, caribeño y cachaco, son características que dibujan a Jaime Henrique Berrío Trujillo. Por: María Cecilia Hernández
Un poco menos de la mitad de su vida lleva Jaime Henrique Berrío dedicado a la industria de la seguridad. El colombiano conoce este mercado desde todos los frentes, pasando por la prestación de servicios de protección física, hasta llegar a aquella que lo sedujo, lo envolvió en sus redes y finalmente lo atrapó: la que hace uso de la tecnología.
La seguridad electrónica es su mundo, un universo que no sólo lo apasiona sino que además le permitió crear su propia empresa y consolidarla hasta conformar un grupo empresarial que goza de posicionamiento y reconocimiento en el contexto de este mercado. BT Security Technology S.A., una compañía creada en 1999 y que hoy cuenta con cuatro unidades estratégicas de negocio.
Este ingeniero aceptó acompañarnos en la presente edición de VENTAS DE SEGURIDAD, como protagonista de la sección del Profesional del mes, para hablar sobre el desarrollo que ha tenido el sector de la seguridad electrónica en Colombia y la dinámica del mismo en el contexto latinoamericano.
Del caribe a la capital
A pesar de que muchos quisieran tener una cabañita frente al extenso mar de Cartagena, vivir rodeado de playa, al sonido arrullador de las olas y bañado por un sol fulgurante, muchos colombianos renuncian a dicho paraíso para construir uno propio en la capital de este país suramericano. Es el caso de Jaime Henrique Berrío, quien de la ciudad caribeña viajo a Bogotá para vivir y encontrar la oportunidad de hacer un camino a su antojo. Estudió en una de las universidades más prestigiosas de la localidad: en la Universidad de la Sabana el costeño encontró su norte y sembró la semilla que después le daría los mejores frutos de su vida.
“Inicié mi vida laboral en 1997 cuando se creó la regional en Bogotá de Vimarco Ltda. (Vigilantes Marítima Comercial Ltda.), yo ingresé a la misma como el responsable de las adquisiciones de equipos de telecomunicaciones, uniformes y dotaciones en general, incluido armamento. Por el contacto con diferentes fabricantes del sector, especialmente de telecomunicaciones radiales, comenzó mi pasión hacia lo electrónico. Recuerdo que en esa época el mayor fabricante era Motorola, de ese modo fui sintiendo un especial interés por el tema tecnológico que, además, iba cobrando importancia en el país sobre todo en el área de alarmas”, recuerda Berrío.
Cambio de futuro
El camino recorrido en esa compañía fue corto pero fructífero, el colombiano aprovechó para escalar en posiciones administrativas, aprender del mercado y nutrir su experiencia profesional. Rápidamente llegó a ser subgerente de Vimarco, con lo que tuvo suficientes pruebas de que tener una empresa propia y llevarla a feliz crecimiento no era una idea descabellada y, por el contrario, lo llenaba de expectativa con la certeza de ir por una meta segura.
Jaime narra así el inicio de su aventura emprendedora: “En el año 1999 tomé la decisión de independizarme y emprender un negocio. En conjunto con un gran amigo de infancia y familiar cercano, Gabriel Torres Ibarra, creamos nuestra propia empresa cuyo objetivo era la venta de equipos electrónicos de seguridad. Inicialmente la nombramos BT Security and Protection Ltda. Las siglas hacían referencia a las iniciales de los apellidos de los dos. Nos dedicamos a la distribución de equipos que adquiríamos en Estados Unidos y Europa. Mezclábamos esta actividad con la prestación del servicio especializado de personal de escoltas para empresas multinacionales”.
Para sorpresa y fortuna del ingeniero el proyecto funcionó y con los años sus objetivos y razón de ser maduraron. Dos años después, en 2001, llegó a la creciente compañía un cambio inesperado, Torres tomó la decisión de renunciar a su proyecto para irse a trabajar en una empresa multinacional ocupando el cargo de gerente de seguridad con responsabilidad, para toda la región andina.
Reenfocarse fue necesario
Ese fue el punto de giro que marcó un antes y un después en BT Security. En medio de la reforma estructural que sufría la compañía a escasos dos años de nacimiento por causa del retiro de su socio, Berrío vio la necesidad de especializarse en un sólo nicho de mercado, el de la seguridad electrónica. A partir de allí nuevos cambios surgieron, el cambio de nombre de la empresa fue uno más, BT Security Technology S.A, es el nombre que en la actualidad mantiene la compañía. “Casualmente la sigla BT también corresponde a las iniciales de mis dos apellidos, el segundo es Trujillo”, apunta con buen humor el empresario.
El crecimiento de lo que nació como un proyecto y que hoy se muestra como todo un grupo empresarial ha sido evidente y satisfactorio para su creador, quien explica que “hoy tenemos presencia en Colombia con sucursales propias en diferentes y estratégicas regiones del país como Bogotá, Antioquia, Valle del Cauca y la zona del Caribe. Tenemos también sedes en otros países de la región andina como Ecuador y Venezuela”.
BT Security maneja cuatro unidades estratégicas de negocio: integración en seguridad electrónica, tráfico y estacionamientos, infraestructura y telecomunicaciones y soporte técnico postventa especializado; con lo cual han logrado abarcar un amplio nicho llegando a muchos segmentos del mercado corporativo.
“Hemos trabajado muy fuerte por especializarnos en el tema de integración y automatización de subsistemas de seguridad electrónica, así como en la creación de nuevas unidades estratégicas de negocio que complementan un excelente portafolio de soluciones. Sin embargo, en esto muchos fabricantes han optado por distribuir o integrar sus soluciones de forma directa, lo que genera un desequilibrio y la ruptura de lo que es la verdadera cadena de valor agregado en este negocio: fabricante – distribuidor – integrador – cliente final. No obstante, este es un mercado creciente que se irá consolidando en los próximos cinco a diez años como uno de los segmentos importantes de la economía”, profundiza el empresario.
Hay que estar un paso adelante
Según Berrío la convergencia entre la seguridad electrónica y el mundo de las telecomunicaciones es un hecho, lo que hace que este mercado sea muy dinámico y variante todos los días. “Los fabricantes están actualizando y liberando productos en el mercado que dan mayores prestaciones a los usuarios finales e integran altísimas innovaciones tecnológicas en cuanto a niveles de seguridad y alcance de las herramientas, lo cual hace imperativo que las empresas del sector se deban mantener a la misma velocidad y dinamismo con que el mercado está cambiando. Yo considero que el sector debe continuar su especialización, las empresas deben invertir mucho en capacitación y estandarización de su personal, para prestar mejores niveles de servicio en las soluciones que ofrecen”.
Para el empresario, Colombia ha tenido una evolución significativa en esta industria y en un lustro ha pasado de hablar del tema básico de las alarmas a contar con organizaciones especializadas que ofrecen un verdadero factor diferencial al cliente final, la oferta es amplia y la incursión de nuevas marcas es evidente y existen fabricantes nuevos destacados en los mercados mundiales. Asegura que “el reto de nuestra organización en los próximo cinco años es consolidar nuestras operaciones regionales y explorar la incursión de nuestras soluciones en el mercado centro americano”.
Detrás de todo gran hombre...
Jaime Berrío sabe que detrás de su éxito como empresario hay un gran equipo de trabajo apoyando su direccionamiento, sabe que sin ellos la misión se complica y por ello procura ofrecerles estabilidad laboral y posibilidades de crecimiento tanto profesional como personal. En lo personal se ve a sí mismo como “un hombre estricto y sicorrígido con el orden, sobre todo cuando estoy en mi trabajo”.
En lo laboral su visión está siempre orientada a la competencia honesta, la disciplina, la constancia y la responsabilidad social. Propende por entregar un buen servicio tanto durante la venta como posterior a ésta.
Sueña con que sus hijos Jaime, de siete años, y Jerónimo, de cuatro, fruto de un matrimonio que ya cumple once años, logren sueños que él no ha podido cumplir, el automovilismo profesional es una de aquellas ilusiones. “La vida no me lo permitió y hoy lo practico, corro karts profesionales y automóviles y espero que algún día ellos continúen con la práctica de este deporte apasionante”, asegura.
Ya tiene bien planeados varios de sus siguientes pasos, pues un gerente que se respete debe enfocar su visión de la empresa en el futuro sin descuidar las acciones del presente: “Soy un convencido que la industria de seguridad electrónica tendrá que seguir integrándose al mundo de infraestructura y telecomunicaciones y que toda la cadena de distribución existente en este mercado tenderá a especializarse y a ofrecer soluciones cada vez más avanzadas y de mayor valor agregado. Las empresas que no migren hacia ese norte no podrán soportar la demanda existente y, a su vez, no podrán expandirse ante una necesidad del mercado regional”.
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