por Alejandra García Vélez
La crisis económica ha estado en boca de todos durante los últimos meses, la incertidumbre y la preocupación han sido las emociones predominantes, muchas empresas recortaron sus gastos previendo cifras negativas en sus ventas, sectores como el inmobiliario o el automotriz sufrieron una fuerte desaceleración; sin embargo, La industria de la seguridad es otra historia, pues precisamente en tiempos como éstos sus soluciones son mucho más solicitadas frente al aumento de los índices de inseguridad, una consecuencia inevitable de los empleos perdidos y las dificultades típicas de épocas de recesión.
Precisamente, José Cuperman, gerente regional de ventas para América Latina y España de PIMA Electronic Systems Ltd., indicó que “durante lo que va del año ha habido un crecimiento en la demanda de soluciones de seguridad. La principal razón son los problemas económicos pues esto lo que hace es que haya un incremento de la inseguridad, y eso hace que al segmento le vaya mucho mejor. Al principio del año hubo algún estancamiento pero pensamos que fue un poco por la incertidumbre por la crisis mundial, ya que mucha gente trató de cuidar sus inversiones esperando a ver que pasaba. Pero ya eso se supero y no nos ha afectado mucho”. Lo anterior es especialmente cierto en América Latina.
El investigador Bernardo Kliksberg, en su estudio Mitos y realidades sobre la criminalidad en América Latina explica que “la ciudadanía latinoamericana tiene motivos para sentirse preocupada por el clima de inseguridad ciudadana que se vive en gran parte de la región. Para la Organización Panamericana de la Salud un índice normal de criminalidad es el que se halla entre 0 y 5 homicidios por cada 100.000 habitantes por año. Ése puede ser tratado con los mecanismos convencionales. Cuando el índice de homicidios está entre 5 y 8 la situación es delicada, pero cuando excede de 8 nos hallamos frente a un cuadro de criminalidad “epidémica”. La tasa de homicidios de 2006 triplica por tres el nivel de la epidémica, y por cinco la tasa propia de la mayor parte de los países desarrollados, que se halla entre 0 y 5. El promedio de homicidios duplica el mundial, convirtiendo a la región en una de las más problemáticas del planeta en este campo. En el mismo continente americano la tasa de la región, 25,1, es cuatro veces mayor que la de los EE UU (6,4) y casi 17 veces la de Canadá (1,5)”.
Además, según datos de la Policía de Puerto Rico, Superintendencia Auxiliar en Servicios al Ciudadano, División de Estadísticas; en 2008 en la isla se presentaron 59,254 delitos contra la propiedad, en 2007 la cifra fue de 53, 937. En el caso de República Dominicana el número de casos de delitos contra la propiedad es de 1,284 de enero a julio de 2008, según informes de la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional. De acuerdo con el Reporte de la Justicia, del Centro de Estudio de las Américas en Argentina la cifra para este tipo de delitos en 2004* fue de 406.290 y en Colombia fue de 144, 891. También es importante tener en cuenta que según el “Global report on human settlements 2007” de las Naciones Unidas, únicamente en 2001, hubo casi 50 millones de crímenes violentos y a la propiedad registrados por la policía en 34 países industrializados.
Debido a las cifras anteriores el mercado de las alarmas se ha visto beneficiado, especialmente en algunos sectores de la economía, según la experiencia de José Cuperman “todos los sectores se han comportado bien. Pero el sector que muestra mejor comportamiento es a nivel gobierno debido a proyectos de seguridad que se han venido desarrollando en conjunto con empresas locales”, afirmó.
Integración, la nueva tendencia
Ante la importancia que cobran los sistemas de alarmas en los países de América Latina, se esperaría que cada vez fueran más los avances en está materia, no sólo en lo que a nuevas tecnologías se refiere, sino también en la mejora de las plataformas de respaldo para los sistemas ya existentes que aún no se logran posicionar en la región debido a la falta de soporte técnico.
Por ejemplo, Jose indica que “los sistemas IP y GPRS no son los más seguros, porque aún no están lo suficientemente maduros” por lo anterior es muy importante que las estaciones de monitoreo no dependan de un solo tipo de instalación. Además, agregó que “está la tecnología pero no está siendo aprovechada al 100%; lo que ha hecho que la gente no la aproveche son lo problemas técnicos que se presentan con algunos proveedores de servicios como es el caso de IP y GPRS. Mucha gente se queja, en especial las estaciones de monitoreo, de los cortes en el servicio, por ejemplo alguien tiene un dirección IP y se la cambian sin avisar. O en los canales de GSM o GPRS hacen mantenimiento en las redes y no avisan lo que causa que el sistema no funcione, se cae. Entonces son tecnologías que están y son muy buenas pero no se pueden aprovechar al 100 por ciento por eso”.
Según Cuperman lo anterior es la causa de que los paneles que trabajan por linea telefónica sigan siendo los de más consumo. Después le siguen los de radio de largo alcance, el cual, afirma el experto, es un sistema bastante confiable. A estás dos tecnologías, que son las más populares, le siguen el GMS, GPRS y ya por ultimo el IP, aunque este último es más común a nivel empresarial.
Asimismo, el monitoreo telefónico es el de mayor consumo. “Las nuevas tecnologías que usan Internet están empezando a entrar al mercado pero no son todavía muy confiables porque se sigue dependiendo de un tercero y las redes todavía son inestables”, indicó Jose.
No obstante, Cuperman considera que en el área de la seguridad, más que la implementación de nuevas tecnologías, la tendencia es hacia la integración de los sistemas de alarmas con sistemas de domótica; también la integración con los sistemas de vigilancia (CCTV), todo lo anterior enfocado a optimizar el servicio de monitoreo. “ Ya los sistemas de alarmas no tienen muchas funciones nuevas para inventar, no hay mucho que hacerles, por eso la apuesta ahora es por la integración”. Aseguró Jose Cuperman.
En la nota positiva está el hecho de que según el funcionario, aunque falta más soporte técnico para poder aprovechar todas las capacidades de los sistemas, el nivel de conocimiento y profesionalización del área en la región aumenta cada vez más, “ya mucha gente conoce más sobre la tecnología, lo que hay nuevo de las alarmas, saben cómo lo van aplicar, saben lo que quieren. Lo que ha ayudado a esto son las ferias y todo la divulgación que hay en el mercado para dar a conocer las tecnologías”, indicó.
Las cifras
José Cuperman afirma que en la región la mayoría de las alarmas provienen del mercado de Estados Unidos y Canadá, mientras que de los países latinos destaca Brasil. Según el portal especializado Thedatamyne.com las importaciones de alarmas contra intrusión y contra incendio en 2008 ascendieron a más de nueve millones de dólares. Los principales países proveedores de este tipo de alarmas para Argentina fueron Estados Unidos, China y Brasil. Precisamente Brasil, reportó importaciones de alarmas por 10 millones de dólares. Sin embargo, Brasil también se destaca por su nivel de exportaciones de estos equipos, en 2008, por ejemplo, registró poco más de 4 de dólares en dicho rubro; siendo sus principales compradores Argentina, Colombia, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay.
*Reporte disponible más reciente
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