El ser humano está instintivamente dotado de voluntad para vivir a pesar de los obstáculos, por eso “vale la pena”.
por Adhir Uzcátegui*
Relaciono esto con la motivación porque todo hombre es de por sí naturalmente "motivable", como si estuviera predispuesto a encontrar un motivo para despertar, accionar, vivir. Sin embargo, sólo es posible motivar a otros si uno mismo está incentivado. Caso contrario, todo intento es vano, o por lo menos poco consistente. La regla una vez más se repite: empecemos por nosotros.
Despertar más temprano, no poder dormir pensando en alguna acción o proyecto a realizar, sentirse físicamente bien, son signos de estarlo, independientemente de la recompensa.
El estímulo monetario no es en sí mismo motivador si no va acompañado de algunos factores que cubren las llamadas "necesidades psicológicas", a saber, seguridad, reconocimiento, sensación de pertenencia, ser tratado con respeto y dignidad, satisfacción con los objetivos cumplidos, competencia (desafío, oportunidad de destacarse) y la posibilidad de desarrollarse y crecer.
La motivación obra milagros, pues obtiene lo mejor de cada colaborador puesto al servicio de un objetivo común, que vivirá como propio. De hecho lo es ya que ha contribuido a esa causa. Y eso es maravilloso. Un grupo motivado va más allá de sus fuerzas para conseguir un objetivo.
Quien tiene a su cargo un equipo que funciona así, recupera rápidamente su energía invertida en ellos, y quien forma parte de él, encuentra sentido a su trabajo de todos los días. Es frecuente ver un buen proceso mientras se desarrolla un proyecto, y con la conclusión de éste sobreviene el desgano porque ha concluido el desafío inicial que le dio sentido a la acción.
Curioso, ¿no es cierto?
Por eso la tarea del motivador, entre otras, es crear nuevos objetivos o convertir circunstancias de las que ni siquiera es responsable en desafíos.
Si podemos sentirnos plenos mientras perseguimos un destino y a veces decae cuando lo concretamos, entonces... es el futuro lo que nos mantiene vivos hoy. Volviendo a Sigmund Freud, habrá vida mientras haya deseo.
A pesar de la revolución que provoca Albert Einstein en el ámbito de la física, parece no haber conseguido reemplazar nuestro modo de vida occidental y fatalmente newtoniano. Incorporemos el concepto de "relatividad" a las técnicas de motivación: nada es en sí mismo bueno o malo. De nosotros dependerá que sea de un modo o de otro para nuestra gente.
Los orientales nos invitaron a pensar que crisis es también oportunidad, y que nada tiene un único significado. Esa es la tarea de un motivador: mostrar la realidad y los hechos con la vestimenta que desee para que resulte útil a su equipo.
Hay veces que uno va por la vida como Zombie... sin encontrar una razón aparente para esforzarse o buscar esa motivación que te permita romper el ciclo destructivo de creer que no vale la pena el hacer lo que haces, o buscar nuevas formas de hacerlo, pues al parecer no hay una recompensa aparente, te sigues repitiendo: "para qué me esfuerzo si al final no me pagan lo suficiente, para que doy nuevas ideas, si al final nunca la toman en cuenta?"... creo que nos ha pasado a todos, y confieso que me ha pasado muy recientemente.
Pero al hacer un ejercicio mental de tratar de "hacerme a un lado" de mi percepción sobre la vida laboral, sobre "lo injusto" que me parece el esforzarme tanto y no recibir lo que "yo merezco", me puse a recordar lo bien que se siente el ganar una nueva cuenta, esa satisfacción interna que te hace sentir que puedes conseguir lo que sea, cuando cierras esa venta tan difícil, cuando después de firmar ese nuevo contrato, o recibir esa orden de compra, ese "rush" de adrenalina que te despierta los sentidos, que hace que tu voz interna te repita: " Eres capaz de hacer lo que sea...".
Recuerda ese momento... vívelo cada vez que sientas que la vida laboral o incluso personal se vuelva monótona o complicada, cuando a veces camines por la vida pensando que no vale la pena el esfuerzo, que nada cambiará en tu vida por mucho que te esfuerces.
La vida es demasiado corta como para desperdiciarla, tienes solo un tiempo limitado para "intentar" cumplir tus sueños, si.. entre comillas... hay una gran posibilidad que no puedas cumplirlos... por mucho curso motivacional o libros de autoayuda que leas, pero ese esfuerzo, esas pequeñas batallas ganadas en el día a día son los que te harán sentir vivo en verdad, el saber que hiciste lo posible para conseguir lo que te propones por muy inalcanzable que pueda parecer. Total... qué es lo peor que pueda pasar?.. pues... ¡que consigas lo que quieras!.
En definitiva, un motivador puede hacer de sí mismo y de su entorno un oasis en pleno desierto, y eso lo convierte en un referente importante en la vida de muchas personas. Y nada puede destruir la actitud, el poder y la energía que caracterizan a un puñado de seres incentivados. Nada.
¡Felices Ventas!
* Si desea puede escribir al autor de este artículo al correo electrónico: [email protected]
Deje su comentario